Salir campeón no es nada nuevo para Alexandre Guimaraes, pero la fiesta caleña, tras conseguir el título con el América sacudió con fuerza al técnico costarricense.
Alexandre ganó el torneo de Copa con Belén (1996), saboreó dos veces el campeonato con Saprissa (1998 y 1999), también con el Monstruo ganó el Torneo Grandes de Centroamérica (1998) y en Emiratos Árabes Unidos fue campeón con el Al Wasl F.C.
Guima atendió rápidamente a La Teja desde suelo cafetero, ya que la agenda la tiene repleta de entrevistas y compromisos, tanto así que ni recuerda a qué hora terminó la fiesta, aunque ya se alista para pasar Navidad en Tiquicia junto a su familia.
–¿Cómo describiría la celebración?
Creo que fue diferente a los que acostumbro, porque fue monstruosa. Eran once años sin celebrar y para el americanismo era mucho tiempo. Fue totalmente diferente.
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–Usted aceptó el reto porque quería algo que le moviera, ¿Lo movió el torneo tanto como quería?
Sí, cumplió con todas las expectativas que tenía en cuanto a exigencia profesional y fue un gran reto personal. Quería dirigir a un equipo de masa, vivir esa experiencia como la he estado viviendo y que ha sido increíble, con el estadio Pascual Guerrero repleto. Salir en cada partido y tener una presencia masiva por la repercusión global de América ha sido extraordinario.
–Ahora se viene la Libertadores, ¿ está motivado?
Por supuesto que es un objetivo que a todos nos ilusiona, no solo el haber quedado campeón acá devolviendo la alegría a una afición que lo necesitaba. Llegar a la fase de grupos de la Libertadores es un objetivo que estaba ahí, que posible y que se pudo lograr, lo cual me tiene muy contento porque sabemos lo que significa participar y jugar en una copa de tanto prestigio.