Cuando era un niño de kínder, le regalaron un Volkswagen beetle de 1963

¿Se imagina ser el dueño de un Volkswagen beetle de 1963 estando en el kínder?

Pues exactamente eso le pasó a Mariano Peralta, quien recibió el especial regalo de su padre Maximiliano cuando era un niño de kínder. Hoy tiene 15 años, ya aprendió a manejarlo y está como loco por cumplir 18 y sacar la licencia.

Y es que el carro es un chuzo, exactamente igual al querido Herbie o Cupido Motorizado, el lindo vocho que con sus aventuras en la gran pantalla hizo que más de uno se enamorara de los Volkswagen.

Hablamos con don Max Peralta (lleva el nombre del hospital de Cartago), un cartaginés que ya ha tenido otros vochos y que a veces lo usa para exhibiciones y ferias.

“Históricamente en mi familia ha habido vochos y este es de mi hijo, yo se lo regalé a él cuando salió de kínder. Él comenzó a ir a los eventos conmigo, a cuidarlo, a identificarse con el carro, sí lo maneja, aunque no puede sacar la licencia, está como loco por cumplir 18″, dijo don Max.

El señor compró el carrito cuando lo vio anunciado en una página web y nadie pujaba por el Herbie. Fue bajando de precio y un día se animó a hacer una oferta.

“Lo anunciaron y como que nadie lo quería comprar porque el precio era alto, poco a poco fue bajando, pasaron como tres meses y le hice una oferta al anterior dueño y aceptó. El carro estaba en Guápiles y me fui en autobús desde Cartago a traerlo”, contó.

El Herbie es idéntico original, hasta en el techo, que tiene un rack como pocos.

“Eso fue lo que me capturó, el techo y el modelo, porque es el mismo que toma Disney para hacer la serie. Es igual”, dijo.

Pese a que es de poco uso, Herbie ha ido a Limón, Guanacaste y es bastante estable.

“No conozco otro igual en Costa Rica. Hay varios que usan el disfraz, pero no son el mismo modelo. Generalmente no tienen el techo ni son del mismo año”, expresó.

Cuando el Cupido Motorizado sale, ya sus dueños están acostumbrados a que les van a pedir fotos con el vocho, que los dejen subirse o cosas por el estilo, pues llama mucho la atención. Eso sí, no ha recibido ofertas para comprarlo y su dueño no está dispuesto a dejarlo ir.