Esta es la historia de un hermoso Honda Civic modelo 1996, de sexta generación y modificado, que tiene un particular nombre, una linda apariencia y una dueña que llama mucho la atención.
El carrito se llama Chatamóvil y la dueña es Kristel Hidalgo, una joven, de 26 años, que pertenece a un club llamado Clubonlygirscr, que es de chicas conductoras, o sea, mujeres fiebres de los autos.
El Chatamóvil tiene particularidades muy marcadas, pues el nombre se le debe al tipo de música que siempre escucha la dueña, la música dance hall, pero la apariencia de Kristel no es acorde a ese estilo. Incluso, la del carro tampoco, pues ella dice que es un auto que podría gustarle a las mujeres.
Evidentemente, cuando el carro anda en la calle con esa música y ella sale, la gente se queda mirando, pues es difícil encontrar un auto modificado con esas características, y además, conducido por una mujer. Ella es vecina de Caraigres, Río Conejo, San Juan en Corralillo de Cartago.
“Cuando estaba chiquitica, en la escuela, los vecinos de aquí tenían esos carros y siempre dije que era el tipo de carro que quería, el que me gustó, específicamente el de sexta generación, el Civic de dos puertas”, expresó.
El carro lo adquirió en el 2020 y estaba rodando en Aserrí.
“Le he ido haciendo cosas, antes era verde, ahora tiene un color tornasol, le cambié el volante, tiene un roncador y una terminal en corazón, que llama mucho la atención de las niñas y no es algo que se vea mucho”.
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Kristel es una fiebre de los carros, dice que lo desarrolló desde niña, viendo a su papá haciéndole arreglos al chuzo de la casa.
“Él no es mecánico, pero se ponía a arreglar una ventana que no cerraba bien y yo me ponía a travesear con él, si tenía que ponerle unas cosas, que el aceite o algo así, yo me ponía a ver”.
Recuerda que en las Navidades, el Niño le traía Barbies y a su hermano carros de control remoto, pero a ella siempre le llamaron más la atención los regalos que recibía su hermanillo.
“Siempre quise jugar con eso, las Barbies allí quedaban”.
Sin embargo, ha tenido que enfrentar el machismo, pues la sociedad aún se sorprende que a una mujer le gusten los carros, los modifique y sepa de ellos.
“En todo lado hay machismo, uno llega a cualquier lado y se quedan viendo porque sale una mujer del carro. Con los mecánicos, me he topado con la mala suerte de que me dicen que el carro requiere tal cosa, pero ya uno sabe, por la experiencia, por dónde puede andar la cosa y pido una segunda opinión, es ahí donde me doy cuenta de que tenía razón. Muchos ven vacilón que a una mujer le gusten los carros o creen que uno anda con alguien más en el carro”.
Kristel lleva su auto a exhibiciones y es de los que más llama la atención.
El Chatamóvil y su dueña revelan una historia de pasión, determinación y enfrentamiento al machismo en el mundo del automovilismo. Nos recuerda que la pasión por los autos no conoce género y que, con la mente fija en el objetivo, cualquier obstáculo puede superarse en la búsqueda de nuestros sueños.