Hace casi 25 años César Prates fichó con el Real Madrid, pero su vida ahora está lejos de los terrenos de juego y más cerca de Dios, ya que es pastor evangélico, al que sus fieles apodan el "Pastor Chocolate”.
Fue un lateral que no triunfó como madridista, pero acumuló una larga trayectoria en Brasil, Portugal, Italia y Turquía hasta que un día, en 2010, sintió la llamada. César rescindió de inmediato su contrato como futbolista profesional en el Náutico (Brasil) y empezó su propia carrera en la Iglesia evangélica y también la musical pues acompaña a su ministerio con himnos de adoración.
Mientras otros exfutbolistas publican sus nuevas aventuras en las redes sociales, César Prates sube a Instagram videos de sus actuaciones entrelazados con pasajes bíblicos.
Armado con las seis cuerdas y una Biblia personalizada con su nombre en el lomo, su vocación religiosa siempre estuvo ahí. "Que Jesús te cure", le decía a los rivales que caían lesionados.
Su historia en el Madrid no dio lugar a escenas épicas. Tampoco de redención. Fue escogido con 21 años, cuando actuaba en el Internacional de Porto Alegre, de entre una lista de 30 futbolistas que manejaba la secretaría técnica del entonces presidente merengue, Lorenzo Sanz.
Internacional absoluto y alabado por Roberto Carlos, cuando dijo, en 1996, que César erauno de los mejores jugadores de Brasil.
El problema es que apareció en un Madrid que acababa de firmar a Christian Panucci y contaba con Carlos Secretario y hasta Chendo en la misma posición. Prates se fue de inicio al Real Madrid B y de allí no salió.
Le enseñó a Cristiano Ronaldo
En el Sporting de Lisboa, le enseñó a Cristiano la técnica para lanzar faltas.
“El Madrid me prestó seis meses al Vasco, al Coritiba, al Botafogo y al Corinthians antes de traspasarme”, recordaba el zaguero en Globoesporte, donde se confesaba “muy triste” por el reciente fallecimiento de Lorenzo Sanz por causa del coronavirus.
En Portugal tomó de discípulo a Cristiano Ronaldo, un joven de 17 años al que le enseñó la técnica del lanzamiento de faltas.
“Cada vez que marca un golazo así, me llaman para que cuente la historia”, la cual ha relatado más de una vez.
De allí pasó por el Galatasaray de Turquía, el Livorno y el Chievo en Italia, entre otros. Retirado, no ha perdido su vinculación con el Real Madrid. En 2017 se enroló en el staff técnico del Clínic de la Fundación madridista en Coritiba. De vez en cuando comparte alguna de las escasas imágenes que tiene de su época vestido de blanco.
Ahora tiene la barba blanca y fruto de su experiencia también se acerca a los niños de las escuelas de fútbol a través de la actividad solidaria de su propia fundación. Porque el balón, como la guitarra y la Biblia, siempre están presente para César Prates.