Hasta las 7:30 p.m. de este miércoles, Guanacasteca pudo respirar un poco más tranquilo y destacar que el empate 1-1 que sacó en la cancha del Municipal Grecia le evitó caer en el sótano de la general y fue sumar un puntico más en su lucha por mantenerse en primera división.
Los pamperos la pulsearon en un partido duro y en una cancha con un clima fuerte a las 2 p.m., por eso la igualada se podría ver como un buen esfuerzo, pero había que esperar a ver qué sucedía en el encuentro entre Santos y San Carlos.
La ADG llegó a los 20 puntos en la tabla acumulada, que lo puso al borde de caer el último lugar de la tabla ya que solo le sacaba dos puntos al colero, pero los guapileños empataron por el mismo marcador ante los Toros del Norte, con lo que llegaron a 19 unidades, dejando ir la oportunidad de abandonar esa posición.
Es una situación compleja la que se vive en la lucha por el no descenso, esos dos equipos deben tener una calculadora en la mano y viendo de reojo cómo le va al otro, por lo que la verdadera alegría o tristeza a los pamperos les llegó cuando iba en el bus de camino a Nicoya, en el que sin duda iban escuchando por radio la mejenga de sus rivales por la permanencia.
Este miércoles arrancaron con dificultades, luego del gol griego a los 12 minutos, un zapatazo de José Andrés Rodríguez afuera del área, quien aprovechó un rechazo del verdolaga Jeyland Mitchell.
Grecia tampoco sería un jamón, el equipo venía con el orgullo herido luego que Alajuelense lo vapuleó el viernes pasado con un 5-0, por lo que era necesario demostrar que aquello no es la norma en ellos.
Menuda regañada le pegó a la defensa Josimar Arias, quien este miércoles fue el que dirigió al equipo luego de la sanción de un juego a Horacio Esquivel en el juego pasado ante Puntarenas.
El gol y la jalada de aire hizo que se pellizcaran y empezaron a apretar al rival, meterle más intensidad y para el primer tiempo hasta tenían para ir ganando, pero los fallos en la definición la salían caros a los visitantes.
Al 19′, el argentino Mateo Escobar se perdió una clara abajo del marco, de esas que no se pueden fallar, pero pasó, las opciones se generaban y no se concretaban.
Fue hasta casi la media, al 28′, cuando José Pablo Córdoba, quien viene siendo el mejor jugador pampero en los últimos juegos, se sacó un gran pase desde la media cancha para que su compañero Andrey Castrillo se fuera solo en mano a mano al marco griego.
El achique de Alfonso Quesada no asustó al muchacho, quien definió a su izquierda buena manera, la pecosa dio en el vertical y entró. Era lo justo.
La ADG presionó por más, sabía que una victoria lo hacía no tener que esperar al final del día, pero al final aunque estuvo en ascuas por unas horas, eludió por una jornada más no estar en el fondo de la tabla.