Melsin Alfaro compró hace como 25 años, un hermoso Jeep Willys que conserva hasta la fecha como un ajito.
El chuzo modelo 1951 y verde, aunque anda con un motor que no es original, ya que le pusieron un Z 20 2000 de Nissan con el que funciona puras tejas.
Alfaro le escribió a La Teja porque le gusta mucho la sección El Chuzo de la Semana y observó el carrazo que salió el pasado 28 de agosto, un Willys propiedad de Juan Carlos León, por lo que decidió contar la historia que tiene con su nave.
“Se lo compré a un mecánico de Grecia. Lo único es que el motor que tiene no es original. El carrito el mecánico lo usaba para trabajar, pero él quería cambiar de auto. Vi el carro parquedo cerca del parque de Naranjo, me gustó y esperé a que llegará el dueño. Ese día lo andaba el suegro (del mecánico), y le pregunté si lo vendía, por lo que me dio el número y llamé al mecánico y empezamos a negociar”, dijo Alfaro, quien viven en San Miguel de Naranjo.
Él recordó que la negociación fue rápida y sencilla, pero no precisó cuánto pagó por la nave ni el año en el que lo compró.
Como el chuzo estaba en uso y era de un mecánico, realmente no tuvo que meterle mucho, más allá de algunas cosas que hizo por gusto.
“Siempre se le hacen cosillas, pero mínimas. Una vez lo presté, pero el carajo no le dio mantenimiento y se le fueron los frenos y me llevé un gran susto.
“Venía bajando de San Juan de San Ramón hacia un puente que queda más abajo y que uno pasa para luego subir para Los Ángeles Sur, pero antes de llegar a es puente le pregunté a la persona que se lo había prestado si le había dado mantenimiento, ya que iba conmigo, pero no me supo decir nada. Recuerdo que le fallaron los frenos e íbamos con una carreta, la cual se volcó antes de llegar al puente. No nos pasó nada, pero vieras el susto.
El chuzo ahora solo lo maneja Alfaro, pero en algún momento a una de sus hijas le dio por andarlo, pero muy poco tiempo, luego le entró la fiebre a un sobrino, pero tampoco lo usó mucho.
“Ahora lo uso poco, antes lo llevaba a Acapulco de San Carlos o más largo, pero ahora lo ando en Sarchí o en Palmares o Naranjo. Tal vez por la edad de uno (67 años) no lo saco tanto, ya uno lo piensa más”, añadió.
Alfaro comentó orgulloso que siempre que saca el carro, la gente le pregunta que si lo tiene en venta, pero ni siquiera escucha las ofertas.
“Siempre me gustaron los jeeps. Cuando estaba joven, dos personas del barrio tenían uno y siempre quise conseguir uno igualito, hasta que me lo compré”, comentó.