Jairo Arrieta fue la figura del Herediano en la victoria de anoche (3-1) sobre un Guadalupe que se portó como un chiquillo malcriado en el primer tiempo, algo que hizo ver muy mal al Team.
El guanacasteco se llenó de coraje, metió dos goles y fue el hombre que inyectó de ganas a sus compañeros para llevarse la victoria.
Los guadalupanos fueron más peligrosos en todo el primer tiempo y por eso merecieron haberse ido al descanso con la ventaja, algo que finalmente no sucedió.
La velocidad de Allan Duarte, Fabrizio Ramírez y Andrés Gómez puso en penitencia a la zaga del equipo local.
Para variar, la media cancha del Team no carburó y fueron anticipados por los veloces jugadores del cuadro capitalino.
Un remate lejano de Fabrizio, que se fue de piconazo y obligó la intervención del portero florense Daniel Cambronero, fue el primer aviso de los visitantes.
Al cuarto de hora, el mismo Fabrizio fue más vivo que todos los defensas rojiamarillos, les ganó la espalda y definió ante el achique del portero Cambronero. Fue un gran pase de Miguel Marín.
Pero Ramírez quería más y al minuto 33 pudo aumentar la cuenta, pero pecó de individual y no se la dio a Gómez, quien esperaba al otro lado solo para definir.
Dos minutos después, Duarte se fue por la izquierda y centró fuerte, Cambronero volvió a lucirse y los guadalupanos mandaron el rebote a las nubes.
No se veía por dónde podía reaccionar el Herediano, pero en una bonita combinación que empezó en la derecha, con Luis Ángel Landín y terminó en la izquierda con Jimmy Marín quien consiguió el empate. El balón pasó por Landín, Arrieta, Cruz y Marín.
Parecía mucho premio para lo que hacían los florenses, pero así terminó el primer tiempo.
En orden.
En el complemento, Herediano cambió y no duró mucho en poner las cosas en su lugar.
Arrieta, en las primeras de tanteo, la pegó riquísimo, de volea, a una bola que centró Esteban Ramírez, para apenas a los cuatro minutos darle vuelta al marcador.
El gol cambió las cosas, ya que Herediano tuvo más confianza y Guadalupe, muy apurado por empatar, no pudo utilizar su mejor arma, el contragolpe.
A quince minutos del final, Arrieta le puso un globito a Marín, quien le ganó el duelo a Prendas y la bola, de rebote, le cayó de nuevo a Jairo. Este le dio de seguido y puso las cosas en su lugar.