Jonathan Moya anda encendido y ni siquiera el baldazo que cayó en Guápiles este domingo pudo enfriar el romance que tiene con el gol en las últimas fechas.
Luego de un arranque de campeonato complicado, en el que no pudo anotar sino hasta la jornada siete, el marco se abrió para el atacante oriundo de Monteverde, que ha celebrado en tres de las últimas cuatro fechas.
Grecia, Guadalupe y Santos son sus tres víctimas este torneo, anotaciones que le han servido para elevar la confianza y mostrar que su olfato goleador está intacto.
“El torneo pasado lo cerré bien y al principio de este empecé jugando, pero los goles no caían, al inicio costó un poco, pero acá hay que proponerse siempre salir adelante, no bajar la cabeza, hasta en estos partidos he podido marcar gol, poner asistencias y aportar al equipo desde esta posición", explicó el atacante.
Ante los guapileños, Moya fue el único que pudo derrumbar la cabaña de Douglas Forvis, un gol que le da tres puntos de oro a la Liga, en su intento por pulsear el primer lugar del torneo.
“Eran jugadas que teníamos que aprovechar, los rechazos, los segundos balones y de ahí cayó el gol. Creo que en lo anímico también estamos bien, el partido pasado nos ayudó mucho esa victoria y hoy sabíamos que era un partido difícil”, agregó.
La manera como llegó el gol, por medio de remates de larga distancia, fue la vía más utilizada por la Liga durante toda la mejenga, porque sabían que el portero todas las estaba rechazando y alguna de esas la podía cazar algún goleador.
“Ya lo habíamos visto, en el primer tiempo, Forvis había rechazado varias, entonces nos hablamos que por un balón que quedara ahí había que estar cerca y gracias a Dios me quedó a mí", finalizó el delantero.