La Consentida es toda una artista

La Consentida la pasa puras tejas en la casa de doña Lindsay Rivera Borbón, quien es la dueña de este vocho modelo 1970 al cual pasa chineando y que tiene una historia ligada al mundo artístico.

Lo anterior, porque antes de que este chuzo llegara a las manos de esta vecina de la urbanización Kurú, en Guadalupe, la nave estaba literalmente ligada al ambiente musical, ya que era el vehículo en el que se transportaba el cantante Jorge Zumbado, más conocido como Mechas, el vocalista de la banda de rock nacional Kadeho.

Junto a la banda y posteriormente en la etapa de solista de Mechas, la nave anduvo por todo lado, hasta que el músico decidió venderla en el 2009, momento en el que fue a estacionarse a la casa de Rivera y su familia.

Doña Lindsay bautizó a la vochita como la Consentida, porque el carro apareció en un video que lanzó Mechas en el 2008 cuya canción se llamaba así.

“Resultó que el propietario era Mechas y hasta salió en videos de él, obviamente está muy cambiada a como nosotros la adquirimos, pero ella tiene su historia, por eso la bautizamos así, por la canción en la que ella sale.

“Con Mechas fue algo muy particular, él es una persona muy especial y yo quería comprar un carro Volskwagen, pues toda la vida me han encantado. Lo buscamos en una página de Internet y fue la primera y la única que vimos, así que lo contactamos y le dijimos que la íbamos a probar”, recordó.

Cuando conocieron el carrito no lo pensaron mucho, fue amor a primera vista, dieron una vuelta por el barrio en el que vivía el intérprete de otros éxitos como “Sola” y de una hicieron el negocio.

“Me dijo que él ya no la iba a necesitar más y que se iba a quedar guardada, por lo que en cuestión de una semana ya estaba en nuestras manos, todo fue muy rápido. Él nos ayudó con el traspaso y todo. Obviamente teníamos que hacerle unas reparaciones como a cualquier carro clásico.

“Estaba muy desgastadita por el trajín que le daba Mechas, allí jalaba a todo el grupo a los conciertos, las giras, a todo lado. Ella estaba en el estrellato en ese momento, por eso salía hasta en sus videos, pero llegó un momento en el que ya no la necesitaba”, comentó.

En la casa de doña Lindsay, su esposo y sus tres hijos también quedaron conquistados por la Consentida y más bien ahora es el marido y el hijo mayor los que la andan por todo, hasta para ir a bretear.

Cuando compraron esta nave todos en la familia se empezaron a enamorarse de los Volkswagen y adaptarlos como un estilo de vida, dos de sus hijos incluso ya tienen un vochito.

“Esta ha sido la mayor aventura que hemos tenido, hemos ido a acampar por todo lado con los amigos que también tienen este tipo de carros, es un desestrés total. Uno se va con una tienda de campaña y es algo maravilloso, hicimos un grupo de amigos muy bonito, una familia muy unida”, dijo.

Tener a la Consentida tan coqueta no ha sido un jamón, ya que les llevó mucho trabajo porque no es un carro fácil de mantener con esas características.

“No es barato mantener un auto así y somos muy rigurosos con el mantenimiento mecánico, en lo estético hemos ido poco a poco.

“A ella había que darle su personalidad, en el club tenemos una amiga muy curiosa para hacer este tipo de detalles, así que estuvimos hablando y le llegó al estilo de la cara para la Consentida, quería que quedara bonita, pero no muy extravagante”, agregó.

A la Consentida le han sobrado compradores, pero la familia no se vende ni se toca y eso no está en discusión.