Un espectacular Land Rover, modelo 1958 causa sensación en las calles de Aserrí cada vez que don Marvin Aguilar lo saca a bretear o a dar una vuelta. Su apariencia de viejillo breteador, pero bien enterito, no pasa desapercibida para la mayoría de las personas que lo ven pasar.
El chuzo es un serie 1 y ya casi no se ven en nuestro país, por lo que, muchas veces a don Marvin lo paran y le piden fotos o le preguntan cuánto vale.
Pero su dueño lo tiene muy claro. El carrito no se vende pues está con él desde 1980 y fue herencia de su padre, don José Aguilar, quien lo adquirió de una forma muy curiosa.
“El carro era de los Marín de aquí de Aserrí, lo tenían en Frailes, ya que un hijo lo utilizaba para sacar café. Un día veníamos del mayoreo y el señor le dijo a mi papá: ‘le cambio este carro por el suyo’ (tenía un Chevrolet Apache del 58, otro chuzo), mi papá se quedó viéndolo y dijo que sí, por lo que cuando llegaron a la casa hicieron el negocio.
“Mi papá le dio tres mil colones de vuelto y en total, el carro costó seis mil colones. Hasta tengo la factura del abogado que nos hizo el traspaso”, recuerda Marín.
Don Marvin dice que el carro trabaja todos los días, ya que le sirve de remolque o lo lleva a una finca que tienen en Salitrillos.
Lo único que le ha quitado es el booster y lo ha hecho el overhaul dos veces. Además lo ha sellado (protege el exterior de los daños y la corrosión) unas 15 veces.
“Me dicen que el motor no es original, es 2200cc, pero sí es Land Rover”, dijo.
Con todo y que el carrito luce con orgullo las cicatrices de las breteadas que se pega, le han ofrecido a don Marvin comprarlo en varias ocasiones.
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“Era de mi papá, me da lástima venderlo, es mejor andar este carro que andar con uno nuevo. Me lo heredó a mí porque yo era el que lo lavaba, el que lo chineaba. Yo prácticamente aprendí a manejar en ese carro”, expresó.
“Llama la atención porque es un carro que casi no se ve, pero el que sabe sabe, de hecho, un mecánico de la Rover me ofreció comprármelo en 15 millones y si tiene un taller, es porque tiene que saber”, comentó.
Dice que no ha intentado llevarlo largo, como a la playa, pero sí a San José, Heredia. Él reconoce que su chuzo es medio gastón y lento.
“Cuando falte yo, mi hermana dice que lo va a vender”.
Dijo que no lo ha llevado a ninguna exhibición, no es algo que le llame la atención aunque una vez fue a una Expomóvil y la gente de Land Rover le dijo que la nave valía la pena.