(Video) Cortes de pelo furris sacan risas en Juegos Nacionales

En las competencias de natación de los Juegos Deportivos Nacionales, que se hacen en el polideportivo de Cartago, es fácil identificar quiénes son los debutantes. A los muchachos que vea medio rapados, con cortes de pelo bien furris, póngales la firma: esos son.

Hacerles estos cortes a los debutantes es una tradición vieja y de la que no hay quite. No importa de dónde venga el competidor o cuánto se queje, es mejor no oponerse.

Hay algunos que se quitan el tiro un año, pero al siguiente los esperan con la máquina lista y la batería cargada porque si no se rapó es como si no hubiera debutando. Le toca poner la jupa.

Al joven Abdiel Hernández le pasó eso. En sus primeros juegos se negó a que le hicieran loco en el pelo cuando compitió por el cantón de Goicoechea, pero este año, representando a Chepe, no le quedó más que aflojar y pasar por la máquina.

Un coqueto guardapiojos al frente, rapado en la mollera y con pelo a los lados es el look que tendrá durante la semana que dura la natación en los Juegos. Más vale que no se lo cambie, si lo hace le vuelan las cejas.

Otro que pasó por la rapadora es Bryan Leal, nadador nicoyano al que apenas le dejaron unos mechoncitos alrededor de la cabeza.

“Ya sabía que esto es así, tocó y no hay quite. No irse pelón de Juegos es como no haber ido”, dijo el guanacasteco de 18 años, quien tenía seis años pulseándola para clasificarse a las competencias.

Leal competirá en cinco pruebas: las de 100 metros mariposa, 200 mariposa, 200 pecho y dos carreras de relevos.

Reglas de hierro

Mantenerse el corte intacto durante todo el tiempo que duran los Juegos no es la única regla para los muchachos, hay varias más para mantener viva esta peluda tradición.

“Entre más feo se pelen, mejor. La idea es dejarles un recuerdo de cómo fueron sus primeros juegos, algo que no se les olvide, por eso no puede ser un peinado bonito”, explicó Derek Morales, de Alajuela y quien le pasó la máquina a su hermano Dylan.

 Los hermanos manudos fueron claros en que nadie se puede salvar de la rapada y si algún vivillo ya llega pelón por completo a los Juegos, anticipándose al “ataque”, entonces le rapan las cejas.

Las mujeres se escapan de la máquina, pero entonces les tiñen el pelo de uno o varios colores medio locos, pero de esos que salen fácil y rápido.