Carnicería donde compra esposa de Cristiano Ronaldo se volvió un pegue en Centroamérica

El documental de Georgina Rodríguez, la doña de Cristiano Ronaldo, llamado “Soy Georgina”, ha desencadenado una locura por una carnicería de la pequeña localidad española de Graus, en Huesca.

Y es que según medios españoles como El Heraldo, el programa de Netflix ha disparado la venta de las longanizas (embutido parecido al chorizo) en la carnicería Aventín Graus, una de las preferidas por la modelo y bailarina argentina nacionalizada española.

En el local afirman que no dan a basto con los pedidos y que de donde más reciben solicitudes es de Centroamérica, sin especificar el país, pero no sería nada raro que más de un tico ya haya probado la longaniza que tanto le gusta a Georgina.

LEA MÁS: ¡Qué pequeño mundo! Novia de Cristiano Ronaldo trabajó en hotel de familia de Agustín Lleida

“Un montón de gente nos está llamando desde el extranjero, en especial desde Centroamérica, pidiéndonos la secallona”, comentó Marta Balaguer, responsable de la empresa cárnica Embutidos Aventín de Graus, quien afirma estar sorprendida y a la vez agradecida por la gran repercusión mediática que tiene la docuserie producida por el gigante Netflix sobre Rodríguez.

Y es que la protagonista visitó su casa de la infancia para recordar sus humildes orígenes y dedicó palabras muy cariñosas para todos los vecinos, además de alabar el sabor de sus conocidos embutidos.

En el capítulo 5 de los 6 que componen el documentar ‘Soy Georgina’, la joven y bella mujer pasea por las calles de Graus y aprovecha para visitar el emblemático hotel Lleida (de la familia de Agustín Lleida, gerente deportivo de Alajuelense) donde estuvo trabajando como camarera antes de viajar a Madrid, donde su vida cambió para siempre al conocer el exfutbolista del Real Madrid.

Además de reconocer su devoción por la Virgen de la Peña, a la que solía llevar flores cuando vivía en Graus, acompaña a su hermana a la carnicería Aventín para que conozca “dónde compraba las longanizas”.

Georgina habló con las dependientas, Alicia y Cristina, y aseguró acordarse de las mañanas y tardes que iba a la tienda a comprar.

“Me pasaba una hora viendo cómo las abuelas compraban. Me hacíais muy feliz”, les agradeció la joven, recordando, además, que le dieron un “curso” para diferenciar entre secallona, longaniza y más.

Reconoció ser una “enamorada” de los ibéricos y de hecho subrayó que sus hijos también comparten estos mismos gustos. Y al respecto agradeció tener un metabolismo “muy rápido”.

“Espero que no cambie nunca porque me encanta comer y disfruto mucho comiendo”, dijo.

Antes de abandonar la tienda, encargó varios lotes de productos para sus casas en España e Italia. Y todo ello bajo la atenta mirada de muchos vecinos de Graus que no quisieron perderse la grabación desde el otro lado del escaparate de la tienda, ubicada en la céntrica calle Ángel Samblancat.

Desde la empresa han agradecido a Georgina su cariño y confianza y le han deseado “lo mejor”. También han aprovechado esta mediática visita para promocionar sus productos e invitar a todo el mundo a comprar la secallona en su tienda virtual. Un mensaje que supera solo en Facebook los 2.000 ‘likes’, todo un hito para Aventín, que forma junto a Melsa y Maella la Asociación de Fabricantes de Longaniza de Graus.

Marta Balaguer admite que la visibilidad de este documental les está proporcionado una gran promoción a nivel de imagen y de difusión internacional de la marca.

Así lo han comprobado en el seguimiento de sus redes sociales, que se ha traducido también en un incremento “espectacular” del interés por sus productos desde el extranjero. No obstante, muchos de estos pedidos no pueden atenderlos porque es más caro el envió que el propio embutido. “Es impresionante la difusión que está teniendo la marca”, resume.

Pero, ¿qué distingue a este embutido desconocido para buena parte de los consumidores del resto de piezas introducidas en la tripa del cerdo?

Partiendo de la base de que todos tienen en común la carne de cerdo picada, el condimento a base de pimienta negra y la sal, varía la proporción de los ingredientes, la forma, la curación y su aspecto exterior.

Así, la secallona es una longaniza seca, porque está muy curada, que se elabora con los mejores cortes del cerdo (paletilla, magro de primera y panceta, amasado con sal y condimentado para obtener un sabor dulzón y suave), es alargada y suele ser más delgada en el centro. que el fuet (otro embutido). Además, no suele tener la flora exterior blanca tan característica del fuet, aunque Embutidos Aventín también comercializa secallona con moho.

Según explica la citada empresa, una vez embutida, la secallona se deja secar 25 días a 11 grados. Casi un mes después de su elaboración obtiene su aspecto sonrosado y en el paladar tiene un sabor dulzón y suave, por eso es un alimento muy demandado por los niños. La tripa en la que se embute es tan fina que no es necesario retirarla para consumirla como ocurre con otros embutidos.

Cada pieza de secallona puede tener unos 30 centímetros de largo, con forma alargada. Se trata de un producto de largo arraigo en la comarca de La Ribagorza y que elaboran de forma artesanal las industrias cárnicas del territorio Melsa, Casa Maella y El Cortante.

La secallona de Graus se consume en meriendas y festejos populares, como romerías y acontecimientos deportivos, donde se suele repartir entre los asistentes con un trozo de pan. También se puede servir en ensaladas cortada a finos tacos o en tablas junto a otros embutidos.