“Cuando le hablo de la pensión dice que si lo presiono se alejará de mis hijas”

“Me separé hace unos días del papá de mis hijas. No estábamos casados porque decía que el matrimonio no era para él y así vivimos juntos por varios años, hasta el día que se fue. Pero pasan las semanas y no llama a las niñas y en la parte económica evade sus responsabilidades. Acepté que él se fuera y no pienso volver con él o buscarlo, pero cuando trato de hablar sobre la plata, me dice que si lo presiono se va a alejar de las niñas y que voy a saber quién es él, por lo que tengo que quedarme callada”.

1. Un proceso de separación nunca es sencillo y siempre tiene múltiples implicaciones a nivel emocional, económico y social, por eso reorganizarse toma tiempo y no es proceso fácil, pero tampoco tiene porque complicarse más la vida a partir de la separación.

2. Separarse emocionalmente no significa evadir las responsabilidades administrativas con los hijos, o las económicas, mucho menos tener que vivir sujeta a un proceso de manipulación, coacción o de violencia patrimonial o emocional, solo porque uno de los dos quiere hacer lo que le da la gana.

3. Si él no es una persona abierta al diálogo o no tiene disposición para una negociación de mutuo acuerdo, en la que respete sus obligaciones, los compromisos y las decisiones tomadas, lo mejor es que usted busque un asesor legal, tome decisiones y establezca, sin contradicción, ni ambivalencia, los compromisos financieros que él debe asumir.

4. Hay personas que en medio de estos procesos le dan mucha vuelta al tema, pero hay una realidad, si la persona es estable y confiable y se logran establecer acuerdos que se respeten, se podrá caminar desde la vía del mutuo acuerdo, pero si la persona es inestable, manipula, no cumple, se hace la víctima o evade sus responsabilidades se debe recurrir a los juzgados de familia para establecer normas, que permitan crear estabilidad a muchos niveles.