“Empecé a salir con una muchacha cuando empezó todo esto de la pandemia y no podemos vernos porque su mamá es hipertensa, obesa y diabética. Estamos muy pendientes por mensaje de texto y una que otra videollamada, pero ya llevamos casi dos meses así y me estoy aburriendo. Ya no tengo nada de qué hablarle. Esto está matando las ganas de estar con ella”.
1. Se debe reconocer que estos procesos de teletrabajo asociados a la pandemia, de una u otra forma, han contribuido a tener que asumir patrones sociales mucho más pasivos y radicalmente diferentes a todo lo que normalmente se hace cuando se conoce a alguien.
2. Al inicio es hablar, chatear, ponerse de acuerdo para ir a tomar café, almorzar, ir al cine, pasear, dar una vuelta y se asocian estas actividades a “ligar”, lo cual está muy bien, pero estos patrones de relación interpersonal poco a poco tienen que irse ajustando a la realidad. En este momento la realidad es otra y los modelos de recreación social han cambiado y falta tiempo para volver a lo que se está acostumbrado.
3. Hay que abrir la mente para asociar recreación a los encuentros con las personas de interés. No necesariamente se debe asociar la motivación con los espacios tradicionales, es decir, a todo lo conocido. Lo que sucede no es ni mejor ni peor, simplemente es diferente. Esto lo debe llevar a establecer patrones nuevos, antes de que la rutina lo atrape. Puede que le falte capacidad para sostener y mantener una relación si sigue pensando de forma tradicional.
4. Rompa los esquemas tradicionales y pónganse de acuerdo con ella para ver una película en línea o leer un libro juntos y comentarlo, hacer videollamadas, mandar mensajes, hacer conferencias en vivo en redes sociales, en fin. Actividades hay muchas, pero se requiere un esfuerzo creativo y sostenido por parte de ambos para darle una visión diferente a este proceso. Está en sus manos.