Farándula

“Hermano” de Luis Miguel contará la verdad en Costa Rica: “Hay cosas distorsionadas en la serie”

El productor mexicano Tomas Riande estará en el país para hablar de su historia de vida junto al Sol de México

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El productor mexicano José Tomás Riande Ramo, quien acompañó al cantante Luis Miguel en sus inicios, estará en el país el 28 de noviembre como invitado especial al homenaje al Sol de México que ofrecerán los cantantes nacionales Marvin Quirós y Allan Aguilar.

Riande, de 56 años, es considerado el “hermano mayor” del artista mexicano, pues trabajó a su lado durante siete años y en este especial, que se llevará a cabo en el Hard Rock Café de Belén, contará las anécdotas que vivió junto a él y su padre y dice que aclarará algunos datos, que para él, fueron mal contados en la serie de Netflix.

La Teja conversó con el productor desde Veracruz, México, quien asegura saber hasta los secretos más íntimos del cantante.

–¿Cómo es que llega a trabajar con Luisito Rey y Luis Miguel?

Precisamente cuando lo iban a lanzar de cantante (a Luis Miguel) me toca la suerte de conocerlos. Yo venía llegando de Cancún a la tierra que vivo ahora, que es Veracruz, y me invitan a colaborar en el primer show que fue precisamente, aquí en Veracruz. Ese show fue el 12 de marzo 1982 y ya el 15 de marzo estaba viviendo en su casa con ellos y me convertí en su hermano mayor (de Luis Miguel). Estuve siete años pegado a él, íbamos a todos lados, dormíamos juntos. Llevábamos una hermandad muy bonita, hasta que se acabó porque yo tenía mis ambiciones como persona y no quería vivir bajo la sombra de Luis Miguel. (Después se unió a Yuri y a otros artistas mexicanos más).

–¿En esa etapa a qué se dedicaba para que lo invitaran a colaborar en el concierto?

A los 14 años me hice bailarín de Televisa y estuve en un programa que se llamaba “Fiebre del sábado". Me tocó bailar con Olga Breeskin, con Yuri, que es como mi hermana. Después me fui a Cancún a trabajar en otra cosa, en eso tenía 19 años, pero duré muy poco tiempo y me regresé a Veracruz. Mi mamá era cajera del hotel Puerto Bello y mi hermana era recepcionista, exactamente el día que llego de Cancún me habla mi hermana y me dice: ¿‘oye, te acuerdas del cantante de “Una copa de vino”, Luisito Rey, pues está aquí en el hotel y anda buscando quien lo ayude para sacar el show de su hijo? Que si puedes venir’. A las 9 p.m. estaba en el hotel entrevistándome con Luisito Rey. Micky tenía 12 años.

– Entonces, ¿usted se encargaba de la producción?

Los ayudé a pegar publicidad de Uno más uno, igual dos enamorados (1+1= 2 enamorados), fuimos a ver el salón para el concierto. Siempre fui muy de su simpatía (de Luisito Rey). Él decía que yo era otro de sus hijos.

– ¿Por eso es que se presenta como el hermano mayor de Micky?

Pues esa hermandad te la dan los años. Siete años de vivir pegado a una persona por cuestiones naturales te conviertes en hermano. Yo sé de las intimidades de ese momento, las primeras emociones de un niño cuando se convierte en adolescente, todo eso lo viví junto a Luis Miguel. Gran parte de su formación como persona tiene que ver conmigo.

–¿Cómo era Luis Miguel de niño?

Era muy inquieto, una persona lindísima de verdad, un muchacho muy noble, muy bromista. Era otro Luis Miguel antes de que lo golpeara la vida, muy diferente a lo que es ahora. Conmigo solía jugar a las luchas, nos tirábamos almohadazos, igual discutíamos y tenía que darle sus cocotazos, pero era parte de todo, me tocaba casi que educarlo.

– ¿Por qué educarlo si para eso estaba el papá?

Porque él (Luisito Rey) estaba dedicado a la carrera de Luis Miguel. La empresa éramos su tío Tito (Mario Vicente Gallego), su papá Luisito (Luis Gallego Sánchez) y yo, entre los tres manejábamos todo. Fue una etapa muy bonita y bueno... yo cargaba con esa responsabilidad de aplacar a ese toro (Luis Miguel) que era inquietísimo.

Recuerdo que cuando estábamos haciendo la película “Ya nunca más” (1984), donde el niño es cojo, nos pusimos a jugar squash y le voy pegando un raquetazo en la frente, pero un tremendo raquetazo, y era porque yo quería que él tuviera esa etapa de niño, ¿por qué a dónde desahogaba tanta presión por su carrera? Yo me sentaba con él a jugar Pacman y Atari, que era lo que había en aquella época.

– Es decir, ¿su trabajo era acompañar a Luis Miguel siempre?

Encargarme de él y de la producción de sus conciertos, del sonido, de todo. Hasta de su ropa, de cómo iba a vestir, de todo.

– ¿Y por qué en la serie de Netflix (Luis Miguel, la serie) no se le menciona?

Lo disfrazan con lo del doc (uno de los personajes). Hay partes de lo que yo hacía que se lo pusieron al doc, pero es que la serie no es una realidad, es una novela. Es una adaptación de una historia, ni Luis Miguel era tan santo ni Luis Rey era tan tirano. Obviamente, cuando hablan de revivir la vida de Micky pues en la serie su infancia era una parte elemental, pero hay ficción en esa serie.

– Entonces, ¿Luisito Rey no era tan estricto con Micky como lo pintan en la serie?

No, sí lo era, sí lo era, pero no con esa tiranía. Luisito Rey si estaba tomado era lindísimo, cariñoso y le daba por besos y abrazos. Y cuando estaba con la goma, como dicen allá en Costa Rica, no se le podía acercar nadie porque era terrible la situación.

– En la serie el concepto que quedó de Luisito Rey es que era un padre explotador. ¿Era así?

No, no era explotación. Ahí hubo que invertir mucho tiempo y mucho trabajo. Y la habilidad y capacidad de Luisito Rey fue la que hizo que Luis Miguel llegara a donde está, porque le puedo nombrar 50 mil talentosos que no llegaron a lo que es Luis Miguel.

– ¿Al final qué fue lo que pasó con Marcela Basteri (mamá de Luis Miguel)?

Lo de Marcela está muy mal manejado (en la serie). Los que sabemos, sabemos qué pasó. Hay muchas cosas que están muy distorsionadas ahí (en la serie).

– ¿Y qué es lo que usted sabe sobre su desaparición?

No es como lo ponen en la serie, pero allá les voy a contar. Sólo le puedo decir que Marcela no vive, Marcela está muerta y que la manda a matar Luis Rey. Hay muchas cosas mal contadas.

–¿Cómo cuáles?

Pues déjame algo para irles a contar allá. Me estás quitando todos los argumentos. Realmente les voy a ir a platicar de lo que quieren saber las fans, de cómo fue su primera vez y cosas así. Yo no necesitaba que me platicara nada porque yo todo eso lo viví junto a él. Desde que le empezaron a salir bellos en sus partes íntimas, el primero que se enteró fui yo, para que vea el grado de intimidad que manejaba con Luis Miguel.

–¿Por qué después de tantos años de amistad ahora se está dedicando a contar estas historias de intimidad?

Yo no me dedico a esto. Yo soy un empresario exitoso, gracias a Dios, que tengo éxito con mis cosas, mis restaurantes, mis negocios. Uno que fue coreógrafo de Luis Miguel, Ernesto Gilabert Juárez, me habló hace poco (julio 2018) y me dice que hay un programa en Estados Unidos que me quieren entrevistar, igual como me estás entrevistando tú, pero era un canal de Youtube y por primera vez en la historia me dejé entrevistar. Obviamente, hablé varias cosas de Marcela Basteri y de ahí se hace un boom. Entre la gente que me pidió amistad en redes está Vera Molina de Costa Rica, que me invita a ir a contarle todo esto a su país y le dije que sí, porque yo le tengo mucho cariño a Costa Rica.

– ¿Qué sabe de la segunda temporada de Luis Miguel, la serie?

Eso lo acabo de hablar hace tres semanas con Luis Miguel, no es una garantía que se vaya a hacer, pero si se hace, hablaría de amores, no de la familia. La serie iría por otro lado. El tema de Marcela está tapado ya.

– ¿Qué piensa al ver todo lo que ha logrado Luis Miguel y saber que en el fondo no es feliz por tanto problema familiar que ha tenido?

Por un lado, siento una satisfacción que casi nadie sabe, pero yo sí sé, que nosotros fuimos los que formamos eso (su carrera) y por el otro lado, un sentimiento de tristeza terrible y desilusión por muchas cosas.

Creo que a cualquier persona que la golpee la vida como lo golpeó a Luis Miguel, cualquier persona reaccionaría igual, y él acabó encerrado en una burbuja de cristal para que nadie lo toque, porque la vida le enseñó que todo lo que se le acercaba lo lastimaba, fuera de mí, entonces, lo trato de entender. Él es como un barco a la deriva que no tiene rumbo, su vida es la fiesta, a ver qué nueva mujer tiene y divertirse, y esto no es para toda la vida, ahí está la muestra de cómo acabó José José.

–¿Qué opina de cómo está ahora que regresó a los escenarios?

– Luis Miguel ya no es un chamaquito, últimamente en sus fotos se ve gordo, desalineado, se ve canoso y no creo que Luis Miguel haya guardado tanto (dinero) como para vivir el resto de su vida, entonces, va a ser triste porque la vida no tarda en cobrarle las demandas, no hablo de las legales, sino la de sus hijos. Va a llegar un momento en que sus hijos le van a pedir cuentas y cuando venga la cruda realidad de la vida no le va a quedar más que seguir fugándose, en el alcohol o en lo que quiera y eso solo tiene dos caminos: el panteón o la locura, y yo ya no tengo oportunidad de meter las manos.

–¿Por qué no lo puede ayudar si se considera su hermano mayor?

– Lo que yo tenía que hacer ya lo hice. Ya me cansé de luchar por él y las últimas veces que hablé con él se lo dije. Si Luis Miguel hiciera las cosas bien indiscutiblemente estaría con él ayudándolo a seguir adelante con su carrera, pero no puedo ayudar a alguien que no quiere ayuda.

Para los más fiebres
El especial de Luis Miguel será el 28 de noviembre en el Hard Rock Café, en Belén, a partir de las 8 p.m.. Las entradas tienen un valor de ¢10 mil y se pueden reservar al 8566-0961 /2239-2828. Estarán Marvin Quirós y Allan Aguilar cantando todos sus éxitos.
Silvia Núñez

Silvia Núñez

Periodista de Espectáculos y Sucesos. Bachiller en periodismo de la Universidad Central desde el 2004. Labora en el Grupo Nación desde el 2013.

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