“Llevo años sabiendo que mi esposa no me quiere y me lo dice a cada rato, pero yo creo mucho en el matrimonio y lo sigo intentando. Ella y mi suegra controlan todo, el dinero, a mis hijos y las cosas se tienen que hacer como ella dice para estar en paz. me he acostumbrado y le dicho que lo intentemos, pero aunque no me quiere me pide que me quede por los chicos y seguimos igual. No sé qué hacer, yo no soy feliz, pero no quiero hacerle daño a mis hijos”.
1. Todos los adultos tienen que ser conscientes que las acciones que tomen pueden contribuir al bienestar o al perjuicio de nuestros hijos, de ahí la importancia de tener un accionar consciente, en función del mayor beneficio de cada miembro de la familia y de ser cuidadoso de cada decisión.
2. Es un mito asociar la separación o el divorcio con un trauma o complicaciones emocionales a futuro, por parte de los hijos. Ninguna separación trauma a un niño, lo que crea los problemas emocionales son los procesos de separación y divorcio mal llevados, en medio de conflictos en las que se lesione la estabilidad emocional en el ambiente intrafamiliar, o en las relaciones materno paternas con los hijos.
3. Usted sabrá si se queda o no, si insiste y persiste en este esquema, pero si ella le dice que no lo ama, presumo que sus hijos no ven cariño y que no hay una estructura familiar integrada. Además, ella pasa todo el tiempo con la suegra y usted simplemente es una figura que está ahí diluida, creo que debería buscar terapia, analizar esto a fondo e integrar la realidad para empezar a tomar decisiones.
4. Muchas personas asocian la separación y el divorcio con el conflicto, pero esto no necesariamente tiene que ser de esta forma, pensar que no se tienen posibilidades de crecimiento y que se está atrapado en decisiones inadecuadas en nada contribuye a la paz emocional. Busque terapia y ojalá lo haga pronto.