“Me he sentido un poco desesperanzada con todo lo que estamos viviendo”

“Me he sentido un poco desesperanzada con todo lo que estamos viviendo, me ha costado mucho tener paz. Tengo miedo de todo lo que pueda pasarnos como país y como familia”.

1. Sentirnos vulnerables y caminar sobre la senda de la incertidumbre tiene esta particularidad, puede afectar nuestra visión de esperanza para con la vida, pero es normal que ante la impotencia, creamos que estamos frente a un enemigo que no podemos vencer, porque no conocemos a fondo cuáles son sus estrategias de ataque.

2. Esto se puede esperar, pero mucho sucede en nuestra cabeza y la selección de pensamientos es algo vital para poder conectar con la esperanza. El tema de la pandemia nos tiene a todos con los pelos de punta, cada día que pasa sabemos más sobre cómo manejarlo y enfrentarlo, y tarde o temprano habrá una solución. En la medida que vemos en los medios de comunicación noticias que nos asustan, también vemos información que nos ayuda a recuperar la esperanza, porque empiezan a darse signos de recuperación.

3. Para poder tranquilizar la mente tenemos que hacer un esfuerzo por alimentarla con información positiva y constructiva, en lugar de alimentar el miedo, es momento de aferrarnos a aquellos datos que nos permitan, de una u otra manera, comprender lo que está sucediendo, hacer un balance entre lo que imagino de forma negativa y darle espacio a lo positivo que se sostiene en la realidad. Cada día estamos más cerca de una solución.

4. Todos podemos hacer un esfuerzo enorme por mejorar nuestra visión de esta gran crisis mundial, además de buscar información que nos dé mucha esperanza. Además, está la unidad familiar, los círculos de diálogo que nos permiten expresar lo que sentimos y cómo lo sentimos. En la medida en la que hablemos de nuestras emociones y nos permitamos escuchar opiniones positivas y constructivas, podremos tener una visión más serena de todo esto.