“Mi hijo está en una relación horrible y no hace caso a lo que uno le dice”

“Ver a mi hijo metido en una relación complicada y quedarse callada es muy complicado. No soy una suegra metida, yo los respeto y entiendo que él es un adulto, pero con esta muchacha hemos vivido cosas que nunca se han dado en mi familia. Ellos se pelean delante de cualquiera, hay gritos, celos. Mi hijo cada vez está más encerrado en la relación, no le habla a nadie y tampoco permite que uno le diga algo, tenía amigos bellísimos y no los hemos vuelto a ver porque esta muchacha lo tiene metido en un infierno y él no escucha”.

1. Como padres se tiene el derecho y la obligación de hablar con los hijos, orientarlos, formarlos, sugerirles y ayudarles en sus procesos de elecciones emocionales y hacerles ver las cosas, que quizá por un amor ciego, dependiente o complicado se niegan a ver.

2. Está muy bien que usted reconozca que es un adulto y que toma sus decisiones, pero llega un momento en el que la frustración puede tomar el control. Esto puede ser muy angustiante, pero tónica es hablar, escuchar, apoyar, plantear lo que se piensa, se siente y se ve, porque al final ellos son los que deciden.

3. Este acercamiento debe darse pero no en un tono de confrontación, sino en un parámetro reflexivo. Para muchas personas resulta incomprensible cómo alguien puede permitirse estar en una relación que ha deteriorado su estilo de vida, pero esto no significa que tenga que quedarse callada.

4. Llega un momento para dejar de pelear y si en algún punto observa que esto podría tener afectaciones severas en la salud física, emocional, en la integración social o en las finanzas u otras de su hijo, su intervención puede ser más fuerte en términos de buscar ayuda, pero como él es un adulto tiene que querer colaborar, así que observe y hable, no renuncie a su papel de orientadora como mamá y mantenga una actitud cercana, cálida y abierta.