Farándula

Natalia Rodríguez: “Mis cicatrices son siete y muy grandes, pero a mí me fascinan”

Este 24 de diciembre la presentadora cumple dos años de un accidente casero que casi acaba con su vida

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Aunque mañana 25 de diciembre la presentadora Natalia Rodríguez cumplirá 35 años, desde hace dos años el 24 de diciembre tiene más significado para ella, ya que ese día volvió a nacer.

Resulta que la conductora de “Sábado Feliz” por poco muere desangrada dentro de su casa, en el 2018, luego de romper con su cuerpo una puerta de vidrio, un accidente que le provocó cortaduras muy peligrosas.

Los vidrios le destrozaron la pierna izquierda, tanto así que aún tiene dificultades para caminar.

Le quedaron siete cicatrices que hoy son su mayor orgullo, pues asegura que cada vez que las ve da gracias de estar viva.

– ¿Cómo va la recuperación de la pierna?

La verdad todo bien, no me quejo. Para mí ha sido muy rápido el hecho de cumplir ya dos años. Del día uno a hoy, he visto una gran evolución porque ya camino mejor, el pie ya se mueve solo. Camino solo de puntillas y por eso solo uso tacones, pero ya me he ido acostumbrado. Hay ciertos ejercicios que no puedo hacer, pero eso es poco para el gran avance que he tenido.

– ¿Y qué más no puede hacer debido a las secuelas del accidente?

Ahorita no puedo correr ni andar en bici, entre otras cosas, pero vieras que en la Teletón conocí a un niño al que le iban a amputar la piernita izquierda por cáncer y él me dio una gran lección. Él hace todo eso a su manera, me enseñó a mantener el equilibrio, porque yo lo perdí y es lo que más me mata ahora, por eso siempre tengo que poner el pie izquierdo adelante.

– ¿Qué piensa cuando se ve las cicatrices?

Comprendí que o me sentaba a llorar porque mi pierna se veía fea o las aceptaba y las empezaba a lucir con glamur. Yo me dije: ‘tengo que imponer la moda de las cicatrices’ y fue lo que hice.

Mis cicatrices son siete y muy grandes, pero a mí me fascinan, hasta tengo un hueco porque no tengo un pedazo de músculo que me sacaron. No sé por qué todos los vestidos que me he puesto tienen una abertura en la pierna izquierda y es la pierna que tengo llena de cicatrices y siento que es que Dios quiere que las muestre en tele.

–¿Todavía le duele todo lo que pasó ese día?

Debido a la Teletón un día pensé: “tengo que desprenderme de lo que me sigue atando a mi viejo pie”, y eso son algunos zapatos. Yo no puedo usar zapatos de tacón abiertos, ya que tienen que tener fajita o alguna cinta, que me amarre el pie.

Es un proceso de muchas emociones y sí hay momentos tristes, pero han sido pocos.

- ¿Por qué es que aún no puede caminar bien?

Entre todo lo que me volé con los vidrios estuvo la arteria, un nervio, los músculos. El nervio me lo reconstruyeron, pero no me funcionó, entonces, ese nervio es el que levanta el pie. Yo le doy la orden a mi pie, pero no se mueve, es el movimiento que hace uno en el tobillo, cuando mueve el pie arriba y abajo. Ese nervio es el que conecta el dedo gordo y ese dedo es el que levanta todo el pie y por eso, solo de puntillas puedo andar y con tacones.

– Es decir, ¿le tocó cambiar todos sus zapatos?

Todos. Yo tengo una página que se llama “El Garaje de Naty” y nació para vender los vestidos de gala que ya no usaba y ahora la uso para vender mis zapatos.

Tuve que usar zapatos ortopédicos y de adulto mayor como por seis meses y ahora uso con tacón, pero no muy altos.

– ¿Ya no puede volver a usar zapatos bajos?

Cuando ando con tenis tengo que ponerme un dispositivo en el pie, que me lo amarro en el tobillo y me lo prenso con los cordones, eso me lo anda levantado. Ahora el doctor me mandó a comprar una férula para ponerme en las noches que trae como una cuerda que jala el pie hacia adelante para ver si puedo dormir mejor porque cuando duermo me molesta mucho.

– ¿Todavía tiene que recibir terapia?

A veces el pie se me cansa y tengo que sacarlo del zapato y masajearlo, porque tal vez le falta sangre, como solo me quedaron dos arterias a veces cuando hace mucho frío o el pie está muy forzado, por algún zapato, tengo que masajearme para que le llegue sangre.

–¿Y todavía sigue recordando ese duro episodio?

Sí lo sigo recordando, pero es porque la gente me pregunta o me pide que le cuente la historia, pero siento que uno entre más lo cuenta más lo supera, y como yo vivo donde me pasó el accidente me tuve que sentar un día a hacer las pases con la casa porque le tenía odio. Se lo juro que me puse hablar con la casa, lloré y le ofrecí disculpas. En mi locura hicimos las pases.

– ¿Siente que la vida le cambió con esta experiencia?

Cuando yo estaba sin sangre sabía que estaba muriendo, es que no puedo explicarlo para que me entiendan, es como una alarma que da el cuerpo, usted lo sabe y lo entiende solo cuando se va a morir.

Mi vida es muy diferente a la que tenía antes, en la forma en la que la veo, porque físicamente es la misma, yo hago los mismos eventos, el mismo trabajo y puedo caminar, aunque hay ciertos ejercicios o deportes que no puedo hacer, pero eso no me hace sentirme mal. Ahora veo la muerte de otra manera.

Silvia Núñez

Silvia Núñez

Periodista de Espectáculos y Sucesos. Bachiller en periodismo de la Universidad Central desde el 2004. Labora en el Grupo Nación desde el 2013.

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