Farándula

“Tiene un hijo pequeño y pasa metido en la casa de su expareja”

Rafael Ramos, psicólogo

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“Doctor, tengo dos años de haber vuelto con mi novio después de una ruptura de cuatro años. Antes habíamos estado cinco años, pero cuando terminamos él vivió con otra muchacha y tuvo un hijo. Él terminó con ella, me buscó y yo lo acepté. El chiquito es pequeño, entonces él pasa metido en la casa de su expareja y yo, con tal de ser moderna, acepté eso. Él incluso sale con la mamá del niño, lo llevan a pasear y me dice que va a ser un papá presente y que tengo que entenderlo. Mi suegra me contó que él se queda a dormir allí algunas veces, pero que entiende que es por el bien de su nieto, que tengo que agradecer a mi novio porque volvió conmigo y que me paga la universidad. Entonces mejor me quedo callada”.

1. En su consulta hay muchos temas de fondo que podríamos abordar, pero quisiera empezar por este: no se trata de quedarse callada, se trata de que usted analice qué es lo que realmente desea para su vida. El tema no es que exista un bebé, eso no es ningún inconveniente para establecer una relación. Me preocupa que sigue instrucciones, se quede callada y lo que usted piensa no lo puede expresar simplemente porque él hace un aporte económico para su universidad. Esto no está bien.

2. Me preocupa que su suegra tenga que meterse en este tema, que es un tema de dos, que debe ser respetado y no se trata de que usted acomode su vida única y exclusivamente en función del hijo de su pareja o lo que él piensa. Toda relación tiene que establecer reglas, normas y acuerdos en beneficio de todas las partes. Cuando uno de los dos se impone, pasamos a una relación de subordinación, lo que la convierte inmediatamente en una relación disfuncional, absolutamente inadecuada y podría sujetarla a un perfil de violencia.

3. Cuando tenemos que cancelar nuestra voz en una relación, acomodarnos única y exclusivamente a lo que dice nuestra pareja, creamos un círculo de violencia que no tiene sentido y que no cabe. No tiene porque vivir de esta forma si no se siente bien. Todo proceso de relación implica una sana negociación, lo que significa que ambas partes escuchan, proponen, negocian y no se imponen para poder mantener sano el amor.

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