Tom Holland acaba de cumplir 23 años y durante la mitad de su vida no ha sido un “chico normal” y seguramente, nunca volverá a serlo.

Desde hace tres años, Holland es Spiderman, una franquicia que en seis películas ha recaudado 4.800 millones de dólares en todo el mundo.

El joven inglés es una megaestrella a una edad en la que la mayoría de los actores todavía están en la escuela de actuación, intentando arañar sus primeros papeles.

El diario El País,de España, contó su historia durante la última semana e indicó que Holland comenzó en el ballet a los cinco años. 18 años después se transformó en uno de los superhéroes más populares y tiró una telaraña hacia el éxito y que al parecer no soltará por un buen tiempo.

Pasó de sufrir abusos y ofensas por parte de sus compañeros de colegio por bailar ballet. Los matones consideraban que este tipo de danza clásico está hecho para mujeres u homosexuales. Ahora, el joven interpreta a Peter Parker, quien curiosamente se encarga de combatir a los malos y evitar la injusticia.

El pasado jueves se estrenó en Tiquicia “Spider-Man: lejos de casa”, la séptima película de la saga y la segunda con el apellido Holland en el cartel. Además, ha repetido el personaje en tres cintas de Los Vengadores. La última de ellas, “Endgame”, que va en camino de ser la película más taquillera de la historia y el joven inglés tiene mucho mérito en eso.

Puro sabor.

A los cinco años su madre, Nicola Elizabeth, decidió apuntarlo en clases de baile en una escuela llamada Nifty Feet, en la zona de Wimbledon. “Creo que Tom siempre tuvo el potencial de ser una megaestrella. Es un actor increíblemente intuitivo y eso estaba ahí desde el principio”, dijo Lynne Page, la directora de esa escuela.

Page había colaborado en la coreografía de “Billy Elliot”, una película sobre un niño que recibe clases de baile. Fue una de las películas más populares del año 2000 y terminó convertida en un musical en el que Holland participó.

“Me parecía que Tom tenía el físico adecuado, el aspecto y la creatividad para hacer las pruebas para Billy”, dice Page.

Algo vieron en él, porque primero le contrataron y luego le enseñaron a bailar durante dos años con los mejores profesores del país. Tenía 12 cuando debutó en el escenario, haciendo el papel del amigo de Billy en el musical. Era el 2008 y Marvel ya había hecho tres películas de Spiderman con Tobey Maguire, películas que Holland creció admirando.

Holland debutó en el cine a los 14 años en “Lo Imposible”, de Juan Antonio Bayona. Habían pasado un par de semanas desde que acabó el tour de Billy Elliot cuando le contactaron tras ver un video suyo en YouTube.

En la primera prueba dejó como loco al director y en las siguientes cuatro audiciones el resultado fue el mismo.

“Lo Imposible" fue una de las grandes películas de 2012. La cara de Tom Holland llegó a los cines del mundo entero junto a las de Naomi Watts y Ewan McGregor.

De pronto, había pasado de bailar en un escenario a varios metros del público a tener una cámara delante de de su cara, pasó a las ligas mayores.

Volvió a Londres para hacer su examen general de secundaria. Hizo un par de películas pequeñas, una serie de televisión y tuvo un papel en la cinta “En el corazón del mar”, de Ron Howard. De repente, la vida de Hollywood se detuvo y le dejó de salir brete, por lo que su mamá lo mandó a que agarrara bolados como carpintero.

”Con 16 años tenía una carrera como bailarín, otra como actor y otra que le permitía hacer cosas con la madera. No era un chico normal. Pero tenía que volver al colegio. Cuando lo hice era una persona mayor. Estaba acostumbrado a trabajar duro y en un entorno profesional”.

Aparte, continuaba su entrenamiento como bailarín en los recreos.

Holland no tiene un recuerdo feliz de esos últimos años en la escuela secundaria. “De los 14 a los 17 fue duro”. Tal como lo cuenta lo tenía todo para que se metieran con él. Encima bailaba en leotardos.

“Como hacía ballet la gente creía que era gay. ¿Y qué si lo soy? No soy gay, pero qué importa. Para mí, hacer ballet era una oportunidad de pasar dos horas al día en un estudio con 30 chicas en mallas”, dijo este galanazo.

Cayó en la telaraña.

Después de ese receso forzado, de pronto volvió el trabajo. Tres películas seguidas y un proceso larguísimo para convertirse en la nueva cara de Spiderman.

Primero envió dos grabaciones de sí mismo. Después, otras dos. Luego asistió a una prueba en Los Ángeles con la mero mero de los personajes de Marvel, la directora de casting Sarah Finn. Y, finalmente, una prueba de cámara en el estudio con Robert Downey Jr.

Hasta ahí llegaron los otros seis candidatos. “Hay una persona en mi carrera a la que siempre me he encontrado en las pruebas de casting y que siempre me ha ganado y estaba allí. Yo pensaba: ‘No, por Dios, aquí está otra vez, se lo va a llevar”, contó.

Le explicaron que tenía que decir el texto exactamente como estaba escrito. Él contestó que prefería improvisar.

“Y me dijeron: ‘No, te aprendes las líneas como están escritas”. No se juega con una franquicia estrella de Marvel y Sony."

"Así que me las aprendí, por primera vez en mi carrera. Entonces llego al estudio, empiezo la escena con Downey y él cambia la primera línea. Me quedé como… ¿qué? Entonces yo cambié la segunda línea. Y él cambió la tercera y de pronto nos habíamos pasado diez minutos improvisando. Todo el mundo lo pasó bien”, recordó.

Holland jaló de allí convencido de que le habían dado el papel. Le dijeron que se quedara una semana más por si acaso. Pasaron seis días antes de recibir la llamada. Era Spiderman en “Capitán América: Civil war” (2016).

“Cuando acabamos de rodar civil war pensé que iban a despedirme. No sé por qué. En ese año y medio que pasó entre Civil War y el rodaje de Spider-Man: Homecoming (2017) yo creía de verdad que iban a despedirme. Era demasiado bueno para ser verdad. Conseguir este trabajo era un sueño hecho realidad y no me podía creer que hubiera sucedido".

Con “Spider-Man: Homecoming” inauguró su propia saga. Después le siguió “Vengadores: Infinity war”, “Vengadores: Endgame” y la nueva “Spider-Man: Lejos de casa”.

“Si quieren que haga diez películas de estas, las hago. Mientras me quieran, estaré encantado de llevar la bandera hasta que se la pase al próximo chico con suerte al que le toque interpretarlo”.

Por el camino conoció a Stan Lee, el creador de buena parte del universo Marvel, fallecido el pasado noviembre.

“Nos llevó a mí y a mi mejor amigo a cenar a un restaurante y nos contó de principio a fin la historia de Spiderman. Desde el principio hasta mí. Fue increíble, jamás lo olvidaré”.

A Stan Lee le gustaba Holland para el papel porque su aspecto era juvenil, algo que a sus inicios le pesó, pero que a estas alturas le sirvió para conseguir el gran rol de su vida.