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Narco argentino escondía búnker debajo de inocente casita de muñecas

Un informante le dijo a la policía de Buenos Aires dónde estaba el escondite de alias “Mameluco”.

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En Argentina quedaron con la boca abierta al descubrir dónde tenía su búnker un conocido delincuente local, Miguel Ángel Villalba, alias Mameluco y condenado por narcotráfico.

Cuando la policía agarró a Mameluco, Javier Pacheco --conocido como el Rengo-- heredó el dominio de las bandas de traficantes de drogas que operaban en varios lugares. Pacheco fue apresado hace varias semanas por agentes de la policía de Buenos Aires durante una serie de allanamientos en una lujosa mansión de la capital del país.

Golpe grande

Esa mansión, en la que Pacheco vivía con todos los lujos, no fue la única casa allanada por los policías.

Hubo otras treinta propiedades que resultaron objeto de operativos para tratar de decomisar drogas y bienes adquiridos con dinero del narcotráfico.

Días después, un colaborador de la policía dio el dato que indicaba que el Rengo Pacheco había construido un búnker subterráneo en una casa y que ahí tenía dos oficinas para poder manejar la organización delictiva, en caso de tener que ocultarse de sus enemigos y de la policía.

Con este dato, un grupo de agentes de la policía bonaerense fue a la propiedad, que tenía un patio amplio. En uno de los extremos del terreno, los efectivos encontraron una casa de muñecas que parecía normal, como cualquiera otra, pero las apariencias engañaban.

Al levantar la base, los uniformados hallaron una escalera que llevaba a una construcción subterránea, con dos puertas y dos oficinas.

Según fuentes policiales, al revisar el búnker construido cinco metros bajo tierra, los investigadores encontraron comprobantes de transferencias y depósitos bancarios.

Entre las carpetas, los agentes de la lucha contra el tráfico ilícito, hallaron documentación sobre la constitución de empresas en Uruguay para desviar fondos provenientes del narcotráfico.

Originalidad

En este caso en particular, los investigadores no hallaron ninguna caleta, como las que utilizaban, por ejemplo Pablo Escobar o Joaquín “El Chapo” Guzmán, para ocultar, en estañones enterrados, dinero o cocaína.

Sin embargo, no dejó de llamar la atención la edificación que construyó el narcotraficante Pacheco para refugiarse y eventualmente, continuar con el manejo de la organización delictiva, en caso de tener que pasar a la clandestinidad.

En Argentina país, la construcción más parecida al búnker instalado por “el Rengo” Pacheco, fue la red de túneles edificados por el clan Cantero, familia dominante de la banda de Los Monos , en el barrio La Granada, de Rosario.

Dichos túneles permitían a los narcotraficantes transportar la droga desde los depósitos hasta los puntos de venta sin ser objeto de emboscadas por las bandas rivales.

Siempre en el narco

Según informó el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni --que estuvo presente en el operativo que detectó el búnker subterráneo--, el Rengo Pacheco tomó el control de la venta de drogas luego de que fuera detenido y condenado alias Mameluco.

Durante años había sido el segundo de otros “pesos pesados” del negocio de las drogas en la villa 9 de Julio: los hermanos Gerardo y Gastón Goncebat. El Rengo y otros dos Pacheco, Ezequiel y Diego, heredaron el poder cuando los Goncebat salieron de escena.

En el búnker bajo tierra se encontró documentación de sociedades armadas en el exterior por un clan narco. Los investigadores que le seguían los pasos a Pacheco especulan que contaba con una estructura de diversos grupos y distintos escalones organizativos que le permitían obtener miles de dólares diarios con la venta minorista de estupefacientes.

La detención de Pacheco se concretó en una quinta. Allí fueron decomisados más de dos kilos de marihuana, casi uno de cocaína, 29 teléfonos celulares, balanzas digitales, 15 municiones de distintos calibres, dinero, comprobantes de créditos y pagarés.

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