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¡Se lo ganó! Presidente brasileño con COVID-19 y sigue bajándole el piso a las mascarillas

El mandatario ha mantenido una postura desafiante ante la pandemia

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¡Se ganó la gripeciña! El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien siempre minimizó e incluso mantuvo una postura desafiante ante la pandemia, se contagió de COVID-19.

Y, como la gran gracia, apenas dio el anuncio se quitó la mascarilla, un artículo al que siempre le ha bajado el piso, a diferencia de prácticamente el mundo entero, donde los tapabocas o caretas son de uso obligatorio en los espacios públicos.

Un pésimo ejemplo de uno de los líderes más importantes del planeta. Por lo que no es de extrañarse que Brasil sea el segundo país con más casos del nuevo coronavirus, solo superado por Estados Unidos.

Según el último balance oficial, 1,6 millones de personas se han contagiado y 65.487 murieron por el COVID-19 en ese país, aunque especialistas estiman que el número real de casos podría ser hasta diez veces superior y la cifra de muertos el doble.

El presidente ha minimizado la enfermedad desde el inicio de la pandemia y ha participado en varios eventos públicos sin usar mascarilla, además de criticar las medidas de aislamiento social implementadas en varios estados debido a su impacto económico.

“Soy el presidente. Me gusta estar en medio de la gente y teniendo en vista ese contacto intenso, pensé que ya lo podría haber contraído en el pasado, sin percibirlo”, afirmó Bolsonaro, al comentar que el resultado no le sorprendió.

Dice que está bien

Como era de esperarse, para no darse por menos, Bolsonaro aseguró que se encuentra “perfectamente bien”.

“Acaba de salir (el resultado del test) con resultado positivo”, informó el mandatario, de 65 años, en una entrevista televisiva desde la residencia oficial en Brasilia, donde dice estar tratándose con hidroxicloroquina y azitromicina.

El mandatario relató que empezó a sentirse mal el domingo y el lunes empeoró, sintiendo dolores musculares, cansancio, indisposición y fiebre de 38 grados, por lo que sus médicos le recomendaron practicarse la prueba.

“Estoy bien, tranquilo. La vida continúa. Brasil precisa volver a trabajar, en caso contrario la economía puede ser colocada en una situación compleja”, aseguró reiterando que los “efectos colaterales” del combate al virus no pueden ser peores que la propia enfermedad.

Ahora sí decidió suspender sus compromisos de los próximos días y por eso trabajará por videoconferencia desde la residencia oficial, bajo los cuidados del equipo médico y de la primera dama.En los últimos días, Bolsonaro vetó varios artículos de la ley sobre el uso de mascarillas en lugares públicos para enfrentar la pandemia.

El sábado publicó fotos en las redes sociales en las que se ve con el rostro descubierto junto a varios ministros y al embajador de Washington en Brasilia, durante un almuerzo de celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos.

Polarizado

En un Brasil altamente polarizado, la expectativa ante el resultado del test del presidente inundó las redes sociales con publicaciones en contra y a favor del presidente, y los hashtag “#FuerzaCorona” y “#FuerzaBolsonaro”, figuraban entre los temas más comentados en Twitter.

El mandatario sudamericano ya se hizo anteriormente tres pruebas para detectar el coronavirus. En mayo, fue obligado por la Corte Suprema a entregar los resultados, que dieron negativo.

Bolsonaro, un excapitán del Ejército, llegó a decir en marzo que el virus no lo afectaría gravemente debido a su “pasado de atleta” y que, después de haber sufrido una puñalada durante un evento electoral en 2018, una “gripecita” no lo derribaría.

El presidente también ha sido criticado por sus respuestas ante el aumento creciente de víctimas.

Cuando el país superaba los 5.000 decesos, Bolsonaro reaccionó: “¿Y qué? Lo siento. ¿Qué quiere que haga? Soy Mesías (su segundo nombre), pero no hago milagros”.

Brasil no desplegó una estrategia unificada ante la pandemia y la respuesta estuvo marcada por un enfrentamiento entre el gobierno federal y las autoridades regionales, así como por la caída de dos ministros de Salud por divergencias con el presidente en relación al manejo de la crisis.

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