Nacional

Artista limonense pinta mural como agradecimiento al personal de salud

Don Allan Fonseca lo hizo en una escuela de Cieneguita y tardó tres días pintándolo

EscucharEscuchar

Los médicos, enfermeras, asistentes de pacientes y todos los funcionarios de salud, han librado una dura batalla contra el COVID-19, la cual inició hace poco más de cuatro meses, cuando llegó la pandemia al país.

Y por eso la mayoría de costarricenses les agradecen que estén en la primera línea luchando contra un virus que a este miércoles le ha arrebatado la vida a 40 personas en Costa Rica.

Ese agradecimiento hizo que don Allan Fonseca, un artista de 62 años y vecino de Cieneguita de Limón, les rindiera un tributo por su trabajo.

Lo hizo con un bonito mural que está en la escuela Atilia Mata, ubicada en barrio San Juan, 100 metros al norte del Ebáis de Los Cocos de Limón. Está inspirado en la famosa obra La creación de Adán, de Miguel Ángel.

“Estaba haciendo varios murales en la escuela y vi pasar a muchos personeros de salud por ahí. Además, cuando iba a las citas médicas al Ebáis de Cieneguita con Britanny Yashary Díaz Vargas, mi nietica de siete años, vi el trabajo abnegado que hace todo el personal.

“Tengo un sobrino que es doctor y una sobrina radióloga, y aunque no hablo tanto con ellos, me puse a pensar que su trabajo es muy riesgoso. Son personas que están cara a cara y día a día con un peligro. Una noche me dije: ‘Qué bonito hacerles un tributo'”, explicó don Allan.

Explicó que empezó a madurar la idea e hizo un boceto inspirado en la obra de Miguel Ángel y entonces se le ocurrió hacer a Dios (como en dicha pintura) y, en lugar de un hombre, colocar a una doctora en el otro extremo.

“Gracias personal médico, enfermeras, guardas, choferes, etc... Costa Rica, Dios y el mundo se lo agradecen”, es el texto que acompaña la imagen de 2,30 metros de alto por 4 metros de largo, el cual tardó tres días pintándolo.

No estuvo solo

Su idea fue rápidamente apoyada por el director de la escuela, Manuel Ramírez, quien le donó el espacio en la pared del centro de enseñanza. Otras personas, que lo han contratado en otros momentos, decidieron apoyarlo con los materiales. A todos les pareció una buena idea y le dijeron que lo hiciera de una.

“Fue muy bonito porque ha tenido bastante impacto en la comunidad. Duré tres días ahí y pasaban los funcionarios de salud saludándome y agradeciéndome por el gesto. Los choferes de la Caja y los cruzrojistas pasaban pitándome, nunca había llamado tanto la atención un mural como lo hizo este”, recordó el artista caribeño.

Experimentado

Don Allan desde chiquitito ya mostraba su talento pues, según nos contó, su maestra lo ponía a dibujar en la pizarra en sus tiempos de estudiante en la escuela Balvanero Vargas de Cieneguita.

“Me dedico 100% a esto. Mi primer trabajo profesional fue a los 13 o 14 años en una agencia publicitaria en San José donde hice el anuncio de la TortiRica, antes todo era a pura mano”, contó Fonseca.

Después se dedicó a estudiar un poco más.

“En ese tiempo (mediados de los años 70) no daban artes en la universidad ni nada, era por correspondencia, lo que hacía era trabajar en construcción durante el día y estudiaba de noche en el colegio Napoleón Quesada para sacar el bachillerato. Cada mes mandaba como cinco dólares a un instituto y ellos me mandaban los estudios. Ya después, con el tiempo, me metí a la Casa del Artista y me pagué clases privadas con artistas de la época”, recordó don Allan.

Su especialidad son los retratos y los murales. Prefiere el estilo libre porque puede expresar lo que desea y siente. Le gustan mucho varias técnicas como el pastel, óleo, acrílico, carboncillo y la plumilla.

Su trabajo se aprecia en varios lugares privados, pero uno público está en el colegio de Pacuare, cuando supervisó la obra que realizaron los niños de poblaciones vulnerables que son atendidos por la Fundación Fundamentes.

Don Allan es un pulseador, fue de los primeros en hacer arte público en Chepe, se ubicaba frente al Teatro Nacional y pintaba retratos de todos los que sacaban el ratito para que lo hiciera. Después estuvo un tiempo viviendo en Guatemala y regresó a Limón poco antes del terremoto en 1991.

Tenía claro que para destacar y ganarse la vida con su arte, debía desmarcarse del montón e ir más allá, por eso el retrato, la figura humana, de las obras más costosas de lograr, las pudo lograr rápidamente.

El secreto para que sus obras duren bastante es que usa pintura de calidad y les coloca un barniz satinado al finalizar, para que no se despinte con el paso del tiempo.

“La profesión del artista es dura, pero un profesor un día me dijo que el mejor maestro es la práctica en esta profesión y yo siempre lo aplico porque uno nunca termina de aprender”, nos contó el artista.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.