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Así es como los pastores en toda Latinoamérica se han abierto paso en la política

Dueños de medios de comunicación, impulsores de candidaturas para diputados y para presidentes, integrantes de Congresos, fundadores de partidos políticos y cercanos a los gobiernos.

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La influencia de las iglesias evangélicas avanza con fuerza en Latinoamérica. Convertidas en muchos casos en la segunda religión más importante, han traducido esa fuerza en poder económico y político.

Son concesionarios de medios de comunicación, impulsores de candidaturas para diputados y para presidentes, integrantes de Congresos, fundadores de partidos políticos y cercanos a los gobiernos de turno. De esta forma los grupos evangélicos han afianzado sus redes y su agenda al paso de los años, según revela una investigación del Grupo de Diarios América.

Los evangélicos en la región han aprovechado ventajas como el no tener que pagar ciertos impuestos, leyes que en el mejor de los casos no son claras y, en el peor caso, ni existen y les permiten actuar con libertad. Aunque hay casos específicos donde se les asocia con algún partido político en particular, han sabido adaptarse a los cambios y, aseguran los expertos, su objetivo es acercarse al poder, esté en manos de quien esté.

Su ascenso no ha estado lejano a la polémica; al contrario, y es apenas el principio. “La iglesia evangélica recién empieza a asomar la cabeza”, advierte al periódico El Nuevo Día, de Puerto Rico, el doctor Samuel Silva Gotay, profesor distinguido de Historia y Sociología de la Religión en la Universidad de Puerto Rico.

Aunque diversas, las iglesias evangélicas tienen una agenda común que pasa por el no al aborto, la lucha contra los derechos de la comunidad LGTBIQ y ganar acceso a los medios de comunicación.

Ha sido una labor de décadas. Brasil es uno de los ejemplos más notorios del poder evangélico, estos grupos se consolidaron en la década de 1970, y hoy día su influencia se ha disparado en el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, cuya candidatura impulsaron.

En México, agrupaciones evangélicas como los protestantes y pentecostales se incrementaron, en poco menos de 10 años en un 35%, al pasar de 1,331 en 2010 a 5,843 en la actualidad, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Venezuela vivió en el 2018 el llamado fenómeno Bertucci, cuando el pastor evangélico Javier Bertucci se lanzó como candidato presidencial y su partido, Esperanza por el Cambio, alcanzó más de un millón de votos, una cifra histórica para una organización política de esa tendencia religiosa, advierte El Nacional. En este país, 17% se declara evangélico o protestante, según Latinobarómetro (2018).

Y en Costa Rica, el que fue el candidato cristiano Fabricio Alvarado no puede faltar en la lista. Fue gracias a la resolución de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (que le dio luz verde al matrimonio gay) que la voz de los partidos cristianos tomó un fuerzón en la campaña del 2018 que buscaba definir al próximo presidente. Tanto así que, en la primera ronda, Alvarado obtuvo el 25% de los votos con el partido Restauración Nacional, frente al 22% de Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana. Ya en la segunda ronda se volcó la tortilla.

Brasil es la meca

Brasil destaca no solo por la relación evangélicos-Bolsonaro, sino por la fuerza política, mediática y económica de este grupo.

La Iglesia Universal del Reino de Dios (conocida en México como Pare de Sufrir) es considerada una pionera en la expansión nacional e internacional de la iglesia neopentecostal, detalla O Globo. Es propietaria de Radio Aleluia, con más de 90 emisoras y su fundador, el obispo Edir Macedo, es dueño de Grupo Record.

Otro obispo, Marcelo Crivella, fue senador y nominado a ministro de Estado en el gobierno de Dilma Rousseff. Hoy es alcalde de Río de Janeiro.

De las filas de una de las iglesias evangélicas más antiguas de Brasil, la Asamblea de Dios, han salido también pastores que han sido líderes políticos, como Everaldo Pereira. En el censo de 2010, 12.3 millones de personas se declararon fieles de esta iglesia.

Marcha "A la vida digo sí" organizada por Frente Nacional por la Vida, el grupo Despierta Costa Rica, la iglesia católica y un grupo de iglesias evangélicas del país

En México, existe la Cofraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Cofraternice), que agrupa a 7,000 iglesias. La preside Arturo Farela, quien se declara amigo de años del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Un caso particular en México que ha destacado es el de la Luz del Mundo, fundada en 1926 y que afirma contar con más de 600.000 fieles. Tiene empresas filiales de diversos giros comerciales en sectores inmobiliarios, cultural, editorial e informativo. A nivel político, cuenta con tres legisladores y se le ha asociado a diferentes partidos políticos, como el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y el que está actualmente en elpoder, Morena.

En Chile, los últimos 20 años han visto la caída en el número de fieles católicos y el ascenso delos evangélicos. Los primeros pasaron de representar 73% de la población en 1998 a 55% en 2018; por contraparte, los segundos pasaron de 14% a 16%, o un total de 3,057.154 fieles, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas proporcionados por El Mercurio.

Pareciera un número pequeño, pero ha ido aparejado de un aumento en su poder económico: para 2017, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Valores y Seguros, más de 40 distintas iglesias y corporaciones del mundo protestante poseían acciones en empresas que cotizan en la Bolsa de Comercio.

Los evangélicos pentecostales se han enfocado además en la compra y renta de medios. Tienen dos canales de televisión, un centenar de radiodifusoras, como radio Armonía y radio Corporación.

A nivel político, hay siete diputados evangélicos, de un total de 155, y hoy la apuesta es a conformar, ellos mismos, agrupaciones políticas que puedan contender en el futuro.

Uno de los ascensos más notorios de los evangélicos se ha dado en El Salvador, donde pasaron de tener 28.7% de fieles en el 2004 a 39.5% en el 2019. Los católicos, primer grupo religioso del país, han sufrido una caída igualmente impactante en el mismo periodo: de 55.1% a 40.5%.

Sobre el caso de Costa Rica intentamos obtener la versión de los partidos Nueva República y Restauración Nacional, sin embargo, no obtuvimos respuesta.

Rigoberto Vega, presidente de la Alianza Evangélica, aseguró que la decisión de su agrupación es no participar en procesos políticos electorales, por lo que prefieren no referirse.

Agregó que “los cristianos no somos un partido político, que un partido se diga confesional tampoco lo hace un partido cristiano. Tal y como lo manifestamos con vehemencia en una declaración pública, en nuestro caso como institución e iglesia los partidos confesionales no son la voz de la iglesia ni tampoco representan a la iglesia”.

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