En los últimos años, y especialmente en este 2019, los biofaroles (hechos con materiales de reciclaje) son los más buscados por las familias para el desfile del próximo 14 de setiembre.
Esto según nuestros amigos de Faroles Vargas, quienes tienen ya más de 30 años de hacer esos tradicionales artículos.
Hace tiempo, quienes compraban un farol no se interesaban por los materiales con que los hacían, lo único que buscaban era uno lindo y colorido, pero eso ha cambiado en los últimos cinco años.
“Las familias ahora se informan mejor, prefieren comprar un farol que esté hecho de materiales reciclados, que sea amigo del ambiente, que sea biodegradable. No quieren llevar un farol de puro plástico que dura cientos de años en degradarse. Es un gran cambio y positivo”, nos explica don Diego Vargas Rojas.
Vargas recordó que hace unas dos décadas, en la pequeña fábrica de cajas para joyería de su familia, quedaban algunos pedazos de cartón y él los aprovechó para hacerles dos faroles a sus hijos, el Museo de los Niños y la escuela Pilar Jiménez.
Luego la gente comenzó a preguntarle que si no iba a hacer faroles para vender y fue así como se animó, sobre todo porque un problema en su espalda evitó que siguiera dando clases de educación física.
Para este año, la lapa, el tucán y la tortuga son los diseños que más le piden. No se queda atrás el Museo de los Niños y la iguana, que llegó para quedarse desde hace tres años.
Todos se hacen con materiales reciclados y en su mayoría representan la flora y la fauna de Tiquicia, porque también le piden guarias moradas.
Si usted quiere uno de estos preciosos faroles llame al 8622-5899, también puede contactarlos en Facebook, buscando “Faroles Vargas”.
O si lo prefiera vaya a su tallercito, ubicado 100 sur y 25 este del cruce de Moravia-Guadalupe, en la Reparadora de Calzado Vargas. Está justo atrás de Ekono de Guadalupe.
¿Por qué faroles? El 14 de setiembre de 1821, la guatemalteca María Dolores Bedoya caminó por las calles de la ciudad de Antigua en Guatemala y llevaba una lámpara en la mano, pasó pidiéndole a la gente que salieran de sus casas y se fueran a la plaza de la localidad para apoyar la Independencia.
Caminar por las calles con faroles la noche previa al 15 de setiembre fue consolidándose en Costa Rica con el paso de los años y ahora es una de las tradiciones más queridas.