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Buzo tico: "Me picaban las manos por ir a ayudar a los niños atrapados en la cueva tailandesa"

Manuel Pérez es uno de los fundadores de la Unidad Operativa de Buceo del Cuerpo de Bomberos

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Manuel Pérez, bombero costarricense, reconoce que le picaban las manos por tomar un vuelo e irse a ayudar a los niños de un equipo de fútbol que se quedaron atrapados en una cueva en Tailandia.

Él fue uno de los fundadores de la Unidad Operativa de Buceo del Cuerpo de Bomberos, por lo que desde que se enteró de la noticia, no estaba nada tranquilo.

Sin embargo, era consciente de que era casi imposible que él pudiera ir a poner su granito de arena porque la colaboración normalmente la dan los países más cercanos y solo si el lugar donde ocurre el suceso así lo pida.

"Me picaban las manos por ir a ayudar, uno sabe que es una condición de mucho riesgo y que era muy probable que se diera algún fallecimiento, como el que se dio (de un buzo), porque siempre existe ese riesgo, pero está ese deseo de poder colaborar", expresó el profesional.

Pérez tiene 15 años de experiencia en esa área y cuenta con una serie de capacitaciones en Estados Unidos que lo hacen apto para este tipo de operaciones, las cuales no puede realizar cualquier buzo, aunque quiera.

Esto porque para ir a colaborar en una emergencia de este calibre se necesitan años de experiencia, capacitaciones internacionales que son bastante caras y ni hablar del equipo de buceo que es aún más caro.

De hecho, según nos comenta don Manuel, se estima que cada uno de los trajes que ellos usan en bomberos para rescate mediante el buceo, pueden rondar los ¢7 millones.

Por la experiencia que tiene, don Manuel nos explicó un poco los detalles del rescate de los 12 niños en Tailandia.

Primero, dice que el lugar es sumamente complicado para trabajar, ya que la caverna tenía visibilidad cero, o sea, que los buzos ni siquiera veían por donde iban.

"Para que se haga una idea, el buzo tiene que conocer muy bien la cueva o haberla estudiado con algún mapa porque ya estando ahí adentro es como que uno cierre los ojos en la casa y camine por donde usted cree que es", relató.

Además, nos explicó el motivo por el que a los menores los tuvieron que sedar para sacarlos de ahí.

Según el experto, la técnica la usaron porque cualquier persona que tenga que pasar cinco horas con aire y pasando por lugares tan encerrados, debajo del agua y sin ver absolutamente nada, es muy probable que entre en un estado de ansiedad o que le dé claustrofobia, eso puede complicar la operación.

Y tras de eso, en esos casos el tiempo es oro, ya que los buzos van casi que en cuenta regresiva antes de que se les acabe el aire que llevan.

El experimentado bombero nos contó que acá ellos también han tenido que hacer rescates submarinos, pero ninguno de ellos en una cueva.

Lastimosamente para él, los únicos dos rescates que hicieron fueron de cuerpos de personas fallecidas.

Sin embargo, advierte que acá en Costa Rica se podría dar alguna situación como la que ocurrió en Tailandia, en alguna caverna como en la de Venado, en San Carlos, por poner un ejemplo.

"Es algo muy remoto y no lo decimos con el fin de asustar a la gente, sino más bien como prevención, para cuando vayan a este tipo de cuevas, pero de que es una posibilidad, claro que se podría dar", manifestó.

Marcelo Poltronieri

Editor web, acomodador del periódico impreso y uno de los encargados de los posteos en las redes sociales de La Teja. Ha trabajado en Grupo Nación desde el 2012 en distintos productos y secciones. Es bachiller en Periodismo y licenciado en Producción Audiovisual en la Universidad Federada San Judas Tadeo.

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