Nacional

Caballos, espadas y pistolas son parte de la historia de los duelos

Se tienen registros de cuatro tipos de enfrentamientos, aunque en Costa Rica solo se dio uno

EscucharEscuchar

La idea de Roberto Mora, el "Cobrador de la Caja", de retar a Rony Chaves a un duelo, es algo poco común actualmente, pero a lo largo de la historia fue el pan de cada día.

La historia de los duelos comenzó desde la Edad Media, por lo que podríamos calcular que tienen unos 1.500 años de realizarse.

Claro que, como todo en la vida, estos enfrentamientos fueron evolucionando con el paso de los años.

Por eso, aprovechando la coyuntura de este duelo criollo que no pasó de una amenaza, vamos a recordar los distintos tipos de enfrentamiento que se dieron en la historia, aunque de todos esos, solo el último se registró en el país.

Esto porque, según Ronald Castro, investigador de la historia de Costa Rica, los indígenas guerrearon, pero eso es muy distinto al duelo que se adoptó del extranjero.

Los primeros duelos que se conocen fueron a caballo y con armaduras. Ilustración: Francela Zamora (Francela Zamora)

Los duelos, según la historia, arrancaron montados a caballo en la Edad Media.

Se desconoce cuál fue el verdadero motivo por el que nacieron, pero sí se sabe que la mayoría se realizaban como deporte.

Sin embargo, también había duelos por honor, jerarquía o porque era la forma en la que dos reinos se disputaban el poder.

Este tipo de enfrentamiento consistía en que dos caballeros, vestidos con una armadura y usando una lanza de hierro, cabalgaban en la misma dirección y trataban de golpearse con el arma.

Por lo general se realizaba una sola vez ya que finalizaba con alguno de los dos caballeros en el suelo, herido de gravedad o sin vida.

Esto último no pasaba en los duelos que se realizaban de manera deportiva o recreativa, ya que las armas no eran de hierro, sino de madera.

Un duelo de este tipo que se hizo muy famoso fue en el que falleció el rey de España, Enrique II, porque Nostradamus lo adelantó.

"El león joven al viejo sobrepasará. En campo bélico por singular duelo, en jaula de oro los ojos le atravesará, dos choques uno después morir muerte cruel", escribió Nostradamus.

Para sorpresa de todos, en un combate contra un joven francés, al rey se le metió una astilla de la lanza de su contrincante en uno de sus ojos, dejándolo tan gravemente herido que 10 días después falleció.

Las lanzas eran de hierro o de madera, según el uso que se les iba a dar. Ilustración: Francela Zamora (Francela Zamora)
Los duelos con espadas eran más frecuentes en Europa, sobre todo en Francia. Ilustración: Francela Zamora (Francela Zamora)

El duelo evolucionó a partir de la época del Renacimiento, sobre todo en Europa, estos enfrentamientos ya no se daban a caballo ni con lanza, sino con espadas.

Este tipo de "pleitos" fueron muy comunes en Francia, sobre todo para defender el honor de una mujer.

El duelo se concretaba cuando una de las dos personas le pegaba una cachetada al otro con un guante.

A partir de ese momento, los dos tenían que agarrar una espada y empezar el combate.

Como parte de las reglas estaban tener testigos, un médico y pactar si el duelo era a muerte o finalizarlo cuando alguno de los dos saliera herido.

Si la herida no era mortal, el médico estaba ahí para salvarlo, de lo contrario debía certificar el deceso.

Algo así eran las espadas que se usaban en los duelos. Ilustración: Francela Zamora (Francela Zamora)
Los duelos más famosos se dieron entre vaqueros. Ilustración: Francela Zamora (Francela Zamora)

Del renacimiento brincamos al siglo XVIII, cuando los duelos pasaron a ser mucho más frecuentes en Estados Unidos.

Para entender este tipo de enfrentamientos es más fácil imaginarse una película del viejo oeste donde dos personas se colocan de espalda, dan varios pasos hacia el frente y en determinado momento se vuelven y se disparan.

Se daban por el honor y la persona que no aceptara el reto era señalada como poco fiable para los negocios y poco honorable, por lo que casi era mejor morirse que no aceptar.

Ya para este entonces, las espadas habían quedado en el olvido por el ingreso de las armas cortas o de chispa.

"Podríamos llamarles pistolas, pero eran diferentes a la que conocemos actualmente porque estas eran armas cuya ignición era por el contacto brusco de una piedra especial, que se llamaba pedernal, con el metal, eso generaba la ignición de la pólvora", comentó Minor Araya, experto en armas.

Las reglas de estos enfrentamientos consistían en que el duelo tenía que tener testigos, a quienes se le conocía como padrinos.

Los dos participantes se colocaban de espalda y los padrinos definían cuántos pasos tenían que dar hacia el frente.

Una vez que se llegaba a la cifra dictada, los dos se volvían lo más rápido posible y trataban de impactar a su oponente a pura puntería.

Si no había heridos el duelo terminaba así, aunque si las dos personas no quedaban satisfechas se podía volver a realizar hasta que hubiese un herido o un fallecido.

Las armas de pólvora le daban a los participantes de los duelos una sola oportunidad de disparo. Ilustración: Francela Zamora (Francela Zamora)
Las dos personas que se enfrentaban chocaban espaldas, caminaban hacia el frente y al mismo tiempo se volvían para disparar. Ilustración: Francela Zamora (Francela Zamora)

El último tipo de duelo que se registró en la historia es muy parecido al que acabamos de ver, solo que evolucionaron las pistolas y una de las reglas.

Los que se enfrentaban usaban un revólver de varios tiros y casi que la única diferencia con el anterior es que en este, cuando se daban vuelta para dispararse, tenían que desenfundar la pistola, mientras que en el pasado ya las pistolas estaban desenfundadas.

En la última etapa de los duelos se usaron armas similares a las actuales. Ilustración: Francela Zamora (Francela Zamora)

Marcelo Poltronieri

Editor web, acomodador del periódico impreso y uno de los encargados de los posteos en las redes sociales de La Teja. Ha trabajado en Grupo Nación desde el 2012 en distintos productos y secciones. Es bachiller en Periodismo y licenciado en Producción Audiovisual en la Universidad Federada San Judas Tadeo.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.