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Cada vez más parejas formales deciden vivir en casas separadas

Pŕactica es más común en parejas de divorciados que ya saben lo que es convivir con otra persona

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Juntos, pero no revueltos. Cada vez es más frecuente que parejas tengan relaciones formales, parecidas a un matrimonio, pero con la única diferencia de que cada uno vive en su casita.

Este fenómeno, que ha tomado fuerza últimamente a nivel mundial, es llamado “viviendo aparte juntos” y consiste en que personas que aman su libertad puedan tener un vínculo amoroso y romántico sin sacrificar su tiempo a solas.

María Ester Flores, psicóloga de familia, dice que ella prefiere llamarlos novios eternos.

La profesional dice que una amiga suya, divorciada, tiene años de tener una relación así, o sea, en la que cada quien vive en su casa, aunque los dos viajan juntos y los hijos de ambos saben que son pareja, pero por consideración a sus hijos y nietos, decidieron no convivir bajo el mismo techo y les ha ido superbién.

Por su parte, el sexólogo Mauro Fernández explicó que justamente esa (los hijos) es una de las principales razones por las que algunas parejas de Tiquicia optan por esta posibilidad, que es más nueva en Latinoamérica por la cultura conservadora.

Además, Fernández dice que es más comunes ver esta práctica en personas divorciadas, porque ya saben lo que es convivir con una persona y no desean repetir la experiencia.

“Muchas veces esa convivencia de los hijos y nietos con la nueva pareja de sus padres no se da con tanta fluidez y por eso algunos optan por mantenerse cada quien en su casa y no afectar la dinámica familiar”, explicó Fernández.

Para María Ester, las claves para que una relación como estas pegue son el compromiso, la fidelidad, el respeto y la confianza.

“Se ven las cualidades de la otra persona, que es buen amigo, buen padre y determina que pueden tener una relación afectiva, romántica y sexual sin obligaciones del hogar y fluyen muy bien”, dijo la sicóloga.

Que cada quien viva en su casa le ahorraría a la pareja algunos problemas que a veces trae la convivencia, como por ejemplo broncas porque a alguno le dio pereza lavar los platos después de comer y los quiere dejar para el otro día.

Los dos expertos coinciden en que, para que la cosa funcione, no deben existir celos, controles, ni exigencias de tiempo de por medio.

Ni bueno ni malo

María Ester asegura que esto no es ni bueno ni malo, simplemente es un acuerdo de pareja que funcionará en la medida que cada uno de los integrantes de la relación, de forma madura y sin competencias, lo cumpla.

Además, que es más común que se dé en personas más maduritas en cuanto a edad.

“Son acuerdos en los que le están dando prioridad a los intereses de trabajo, de carrera profesional, hijos o nietos y como tal, se debe dejar muy claro que no se van a exigir como un matrimonio que vive junto”, amplió María Ester.

Tanto Flores como Mauro coinciden en que algunas parejas lo hacen porque a cierta edad ya es más complicado cambiar un estilo de vida que, quizás, tenga años.

“Cuando se crea una relación, está mi mundo, tu mundo y nuestro mundo, este último es mucho más pequeño que el de cada uno por aparte. Lo que más cuesta es el engranage, la pareja se vuelve un extraño en el convivio familiar y, además, uno que no siempre es bienvenido por mi familia y que a veces le toca presenciar actividades donde está la ex y se genera cierta tensión”, explicó el sexólogo.

Aclaró que estas parejas no es que tienen la intimidad o la vida independiente porque les estorbe el nuevo vínculo, sino porque los otros mundos no son tan compatibles y no es que no desee que la pareja esté ahí, sino que se vuelve más difícil la cotidianidad juntos.

Otro aspecto importante en estas relaciones es la solvencia económica que les permita tener cada uno su espacio.

“No estamos pensando que ella vive sola, porque el número de mujeres de 45, 50 o 55 años que viven solas es muy bajo en Costa Rica, la mayoría viven con los hijos y algunas con la mamá, los hijos y ella y no hay campo para una pareja, entonces, cada quien desde su casa es más feliz”, agregó Fernández.

Famosos que lo aplican

Algunos de los famosos que aplican la de juntos, pero no revueltos, son la actriz Gwyneth Paltrow y su segundo esposo, Brad Falchuk, quienes se casaron en setiembre del 2018, pero mantienen casas separadas en Los Ángeles, California.

En declaraciones a The Sunday Times, la actriz reveló que lo hacía por recomendación de un profesor de intimidad que le hizo la sugerencia.

Paltrow contó que su esposo se queda con ella cuatro noches a la semana.

Recientemente se conoció que la también actriz Julia Roberts y su esposo Danny Moder compraron una casa al otro lado de la calle de la casa principal de la familia, donde Moder ahora pasa una cantidad significativa de su tiempo, pero todavía está cerca de su esposa e hijos.

O el de Victoria y David Beckham, quienes se casaron en 1999, pero por sus demandas profesionales en ocasiones deben estar uno en Estados Unidos y el otro en el Reino Unido, sin que esto afecte su relación, incluso han admitido que en la casa familiar ambos tienen su propio espacio.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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