Claudio Alpízar dice que su faceta de comerciante le ayuda mucho en la política

Claudio Alpízar, precandidato del Partido Liberación Nacional (PLN), desde muy joven la ha pulseando como comerciante y, aunque no todos los negocios fueron exitosos, dice que aprendió muchísimo.

Él le contó a La Teja que tuvo tiendas de ropa y también bares y dice que esas experiencias le han aportado muchísimo en su faceta política.

— ¿Cómo empezó en el mundo del comercio?

Estaba muy joven, de unos 18 años tal vez, vivía con mi mamá y mi abuela y empecé a comprar pantalones y camisas para venderle a mis amigos. En casa teníamos un cuarto desocupado y ahí tenía las cosas para vender. Yo estudiaba en la UCR y empecé a trabajar ahí mismo.

Cuando mi abuelita murió, me dejó una herencia de 25 mil colones y con esa plata ajusté y me compré un carro, siempre andaba en la parte de atrás un bolso con ropa y cuando tenía la oportunidad la ofrecía a clientes.

— ¿Cuándo puso su primera tienda?

Como en el 90 renuncié al trabajo que tenía en la universidad y puse mi primera tienda de ropa, luego tuve dos mas, una era para mi esposa, Rosibel Chacón Pereira, que había sido miss Costa Rica en 1985 y le gustaba mucho el tema de la ropa y esas cosas.

Después la situación de las tiendas de ropa se complicó un poco y las vendí, entonces decidí meterme al mundo de la comida, no tenía ninguna experiencia en eso, pero me animé (dijo entre risas).

A finales de los noventa puse un bar llamado Toritos bar and grill (en San José), al principio solo contraté una cocinera, así que yo era el mesero, el cajero y el bartender, ya luego pude contratar a un salonero.

Después me animé y puse otro bar restaurante del mismo nombre en Tibás, luego tuve uno en Guadalupe que era enorme, ese negocio fue duro porque era muy desgastante. Luego puse un bar deportivo que se llamaba Players, pero ese negocio no salió nada bien, todo lo que había ganado con los otros negocios lo perdí ahí, me llevó a la ruina y tuve que volver a empezar de cero.

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— ¿Tiene ahora algún comercio?

No, después de vender el último bar restaurante empecé a dar clases en la universidad, a dar asesorías y seminarios, también me metí de lleno en el análisis de la política. Luego empecé con mi programa de televisión “Noche sin Tregua”, que ya tiene 10 años y ahora tengo también mi programa de radio “Café y palabras”.

— ¿Volvería al mundo del comercio?

No digo del todo que no, pero esta es mi vida ahora, quiero ser presidente y estoy concentrado en eso. Ayer me preguntaron qué haría si pierdo la convención, yo siento que la voy a ganar, pero si perdiera seguiría con la vida que tengo y mis programas en los medios de comunicación.

Con el pasar de los años uno se va haciendo menos arriesgado, ya no es como al principio que se aventura en un negocio a ver qué pasa.

— ¿Su experiencia como comerciante le ha servido en la política?

Sí claro, un montón, el contacto con la gente me hizo entender qué es lo que a las personas les preocupa, uno aprende mucho sobre las relaciones interpersonales.

A diferencia de mis compañeros de partido, yo no me tengo que imaginar cómo es que los emprendedores tienen que ingeniárselas para pagar los alquileres de los locales, cómo sacan plata para pagar la luz y el agua del negocio, la planilla aunque sean pocos trabajadores, yo pasé por eso, así que los entiendo.

Comprendo la preocupación de los comerciantes con la restricción vehicular y los aforos porque sé lo difícil que es sacar un negocio y siento que eso es una gran ventaja en mi propuesta de gobierno.

— ¿Por qué decidió lanzarse por la presidencia en un momento tan crítico como este?

Para ser presidente en estos momentos se necesita una fórmula: valentía, amor a la patria y amor a la política, pero a la política buena, y siento que tengo todo eso. Lo hago por vocación, yo no busco un negocio. Sé lo que es trabajar duro y quiero hacerlo.