Dentro de la inversión de más de nueve mil millones de colones que hizo el Gobierno en el Centro Especializado de Atención de Pacientes con Covid-19 (Ceaco), hay dos “trajes enteros” anaranjados que esperamos en Dios jamás llegar a vestir.
Se les conoce como cápsulas de aislamiento porque cubre completamente a una persona acostada. Son de fabricación rusa y básicamente la cubierta es de un plástico especial impermeable.
Tiene espacios para que los profesionales en salud puedan meter las manos y así tratar al enfermo de coronavirus sin contagiarse. De hecho, tienen su propio motor de oxígeno y equipo individual de monitoreo de signos para que todo quede dentro del plástico y el contagio se reduzca casi a cero; ningún tipo de fluido sale de esas cápsulas.
China, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos y nuestra amada Tiquicia, son parte de los países que le han hecho el encarguito a los rusos, específicamente a una fábrica que está en la región de Cheliábinsk.
Rusia solo tiene esa fábrica que se dedica a la producción de trajes y equipos sanitarios para los trabajos en zonas de epidemias.
Según el director de la fábrica, Alexandr Tarakanov, se aumentó la producción de una capsula al día a cinco, debido a la alta demanda, según explica el portal especializado en noticias rusas https://mundo.sputniknews.com/
Ejército de la salud
En 11 días transformaron las instalaciones médicas tradicionales del Cenare, en lo que ya muchos conocen como el Hospital del Coronavirus, porque solo contagiados serán los que se atiendan ahí, incluso, no cualquiera, solo los muy malitos.
El nuevo centro permitirá atender al mismo tiempo y de forma especializada a 88 pacientes que tengan complicaciones provocadas por el COVID-19, para esto habrá un equipo de cerca de 1.350 trabajadores, quienes laborarán en tres turnos las 24 horas del día.
Médicos emergenciólogos, especialistas en cuidado crítico, terapistas respiratorios con experiencia en manejo de pacientes en condición crítica, enfermeras especializadas en manejo de pacientes en condición crítica y personal de laboratorio, serán los soldados de este ejército de la salud.
Además, farmacéuticos, microbiología, nutricionistas, radiólogos, infectólogos, enfermeras instrumentistas para salas de operación, cirujanos, asistentes de pacientes, funcionarios de servicios generales, profesionales en registros médicos, entre otros.
Este personal, infraestructura y equipamiento permitirá atender dos tipos de pacientes específicos: aquellos que ocupan de soporte a través de un ventilador pulmonar y que necesitan de un monitoreo más intensivo.
También los pacientes que necesitan estar internados porque tienen coronavirus, pero que no necesitan soporte ventilatorio. Son pacientes críticos y pacientes intermedios, pero ambos requieren de hospitalización para salir adelante.
El centro cuenta con conexión de fibra óptica para el uso del expediente digital único en salud (EDUS) y red Wifi para equipo de cómputo.
En las nuevas instalaciones se incorporó la red de gases de uso médico y sistemas de oxígeno, sistema de extracción para generar presión negativa, equipos de aire acondicionado en todos los cubículos de hospitalización y en el área de almacenamiento de materiales limpios.
A nivel de accesos se construyeron los de pacientes y ambulancias, se hicieron las casetas de transformadores y se incorporó equipo para el servicio nutrición.
“El Ceaco será nuestro hospital escudo en la protección de personas cuya salud se vea comprometida a causa del coronavirus y que requieran de un cuidado especializado en procura de restablecerles y que puedan regresar a su hogar”, comentó Román Macaya, presidente ejecutivo de la Caja, quien confirmó que se invirtieron 16 millones de dólares (unos 9 mil millones de colones, aproximadamente).