La relación entre las estudiantes del Colegio Superior de Señoritas y los muchachos del Liceo de Costa Rica ha estado tensa en los últimos días.

Al parecer, este mal ambiente se creó entre el 9 y 15 de setiembre de este año porque las muchachas ganaron la rifa para cerrar el desfile del Día de la Independencia en el centro de San José.

Esto causó la molestia de los liceístas y habrían agredido física y verbalmente, incluso, algunas fueran perseguidas por los varones para llenarlas de betún, por lo que en el Seño publicaron una queja en Facebook, donde denunciaban lo sucedido.

Sin embargo, esto no ha sido así toda la vida, todo lo contrario, los estudiantes de los dos colegios siempre se han llevado muy bien.

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De esto puede dar fe don Henry Barboza, de 58 años, y su esposa doña Maribel Paniagua, de 55.

Henry estudió en el Liceo de Costa Rica entre 1974 y 1979, mientras que Maribel lo hizo en el Colegio de Señoritas de 1978 a 1982.

Ellos se conocieron el 7 de abril de 1979 en unos desfiles en Alajuela para festejar la Batalla de Rivas, ella tenía 14 años y él 17.

De acuerdo con don Henry, antes no trataban mal a las señoritas, todo lo contrario, buscaban lucirse para enamorarlas.

“Cuando conocí a Maribel nos fuimos en el mismo bus para San José, íbamos hablando y luego, después de la Semana Santa, de ese año quedamos en salir, ahí empezó nuestro amor”, comentó.

“Uno lo que pretendía era impresionarlas, uno trataba de oler rico, de decirles cosas bonitas, pero sin pachucadas como hacen ahora algunos”, añadió.

Don Henry recordó que la iba a recoger al colegio y caminaban por el centro de San José y en ocasiones visitaban el restaurante McDonald’s en San José que fue abierto en diciembre de 1970.

“Los otros compañeros respetaban a las parejas que se formaban y más bien entre nosotros veíamos la forma de tener detalles bonitos con ellas para enamorarlas”, recordó con los ojos brillosos don Henry.

Doña Maribel confirmó lo que dijo su enamorado y explicó que antes los liceístas eran muy educados, al punto que se sentían cómodas con su presencia.

“Ellos demostraban que nosotras éramos importantes, eran educados y con valores, eso se los enseñaban en las casas, pero creo que también en el Liceo porque los profesores eran bastante educados”, aseguró.

Amor en el aire

Carlos Solís también fue estudiante del Liceo de Costa Rica, él salió de ese centro educativo en 1981 y nos contó que los papás de las muchachas del Colegio de Señoritas esperaban que ellas se enamoraran de un estudiante del Liceo.

“Yo tuve una novia del ‘Seño’ y el papá siempre me recibió bien porque decía que nosotros teníamos buena reputación y que éramos muy inteligentes. Al final ella me dio los veinte (lo cortó), ella formó su familia y yo la mía, pero era cierto que nosotros éramos bastante cotizados por las familias de las muchachas”, recordó.

Hardee’s era el lugar de reunión

Doña Maribel, nos contó que el punto de reunión entre ellas y los muchachos, era el restaurante Hardee’s.

“Ahí llegábamos a comer y a hablar, no era solo para las parejas que se formaron como mi esposo y yo, sino que era para los que hicimos amigos, era un lugar en el que llegábamos después de clases y la pasábamos muy bien”, destacó.

Otra cosa que se daba eran los intercambios, es decir, los varones iban a recibir clases al Colegio de Señoritas, mientras que las jovencitas lo hacían en en Liceo de Costa Rica.

“En esos intercambios se compartía mucho y se conocía a más gente, era un ambiente bastante sano, claro, había más de uno que iba para conocer a muchachas, pero siempre con mucho respeto”, expresó.

Es por eso que ambos coinciden en que es muy doloroso enterarse sobre las aparentes agresiones de los liceístas a las señoritas.

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“Si se llega a comprobar eso que ocurrió es algo que avergüenza a la institución, pero también es algo que no debe pasar en el país porque no es correcto. Claro que me duele porque el espíritu de los estudiantes del Liceo es siempre ser los mejores, pero no agrediendo a alguien”, dijo don Henry.

34 años de matrimonio

En aquellos momentos de juventud, Mariela y Henry sabían que su amor no era cosa de un rato, sino que iba a ser una relación de muchos años.

Y así fue, este 21 de setiembre cumplirán 34 años de casados, luego de unirse en matrimonio en 1985.

Esta relación, que se formó gracias a la cercanía entre ambos centros educativos, además de dejarles mucho amor, les ha dado cuatro hermosas hijas, Denisse de 32 años, Tiffany de 30, Paola de 23 y Kelly de 21, además de Fabiola, la única nieta que tienen, de 15 años.