El diputado Erick Rodríguez Steller abandonó el plenario de la Asamblea Legislativa el lunes 24 de junio, supuestamente para ir a ver la mejenga de la Sele y de paso se habría comprado unas birritas en el camino.

Esa conducta implica una sanción económica porque el reglamento de la Asamblea Legislativa estipula que los diputados no pueden abandonar el plenario cuando hay votación. La sanción es el rebajo de la dieta del día.

El mismo Rodríguez le solicitó al presidente de la Asamblea que le rebaje la dieta respectiva este mismo martes. Según Antonio Ayales, administrador de la Asamblea Legislativa, el monto de las dietas varía mes a mes, pero indicó que puede rondar los 75 mil colones.

La sesión legislativa del lunes se extendió más de la cuenta porque se votaba la reelección del magistrado de la Corte Suprema, Paul Rueda. Sin embargo, el legislador jaló antes. Para mala suerte del dipu, la Sele perdió 2-1 contra Haití, o sea, para nada jaló.

Al legislador le tomaron una foto en un supermercado comprándose unas frías, pero no confirmó si era él ni si la foto era de este lunes.

“Generalmente me retiro de un debate de este tipo donde no llegamos a nada. No me ausento ciento cincuenta minutos, puede ser más o puede ser menos. No tengo problema. Me fui después de dar mi discurso”, dijo el diputado.

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Don Erick fue electo por el partido Integración Nacional (PIN) cuyo candidato presidencial fue Juan Diego Castro. Luego Castro se separó del partido y Erick permaneció fiel a él.

Mala imagen

Juan Carlos Bonilla, experto en Protocolo indicó que el legislador dañó su imagen con esa conducta.

“Si bien es cierto, el señor tiene derecho a vida privada, no debe de olvidar que está ocupando un puesto de alto nivel en el estado costarricense que lo obliga, de alguna manera, a mantener una conducta adecuada. No solo es diputado de la República, es un referente importante para los ciudadanos y desde un punto de vista ético, su actuación no es de recibo”, dijo.

“Pienso que su imagen queda desmerecida porque demuestra que es más importante un partido de fútbol que los asuntos de relevancia que se discuten en la Asamblea. Su actitud es reprochable”, añadió el experto.

Además, dijo que el mensaje que da a la ciudadanía es pésimo. “Hago lo que me da la gana, cuando cualquier otro no lo puede hacer porque el trabajador debe cumplir responsabilidades y un horario”, dijo.