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Doctora Olga Arguedas: “Me tocó atender chiquitos que se sanaron gracias a un milagro”

La doctora Arguedas recordó la pandemia del covid-19 como la época más dura que le tocó vivir en sus 38 años con la Caja.

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Sacando sus últimas cositas de la oficina que usa siempre el director del Hospital Nacional de Niños (HNN), el pasado martes 15 de agosto, Día de la Madre, fue como encontramos para la entrevista a la doctora Olga Arguedas Arguedas.

Ya no era directora del HNN porque su último día laboral oficial fue el pasado viernes 11 de agosto; sin embargo, llegó para dejarle todo perfecto y en orden a su sucesor, el doctor Carlos Jiménez, quien era el subdirector.

La doctora Olga Arguedas Arguedas, después de 38 años trabajando con la CCSS, los últimos 8 como directora del Hospital Nacional de Niños, se pensionó el viernes 11 de agosto del 2023. Atendió a La Teja para una entrevista en el Hospital de Niños el 15 de agosto de 2023.

Todavía le faltaba llevarse cuadros que ama porque son dibujitos que le hicieron algunos pacientitos que atendió o con los que compartió y también aprovechó para atender algunos medios de comunicación.

Justo el Día de la Madre, la doctora Arguedas cerró por pensión un capítulo de su vida de 38 años trabajando para la Caja Costarricense de Seguro Social (Caja), de los cuales en los últimos 8,5 años fue la directora general del HNN, de hecho, fue la primera mujer en la historia en ese puesto.

“Barveña de nacimiento”, aclara con un superorgullo que tenía mucho de tintes rojos y amarillos en esa frase porque es una fiel seguidora del Club Sport Herediano, del que asegura saldrá campeón en el actual torneo del fútbol de primera división.

Rodeada de una chiquillada fue como creció, es la mayor de tres hermanas y entre primos y vecinos pasaron sus primeros años. Siempre chiroteando, siempre alegre y fue un verdadero terremoto porque pasaba subida en árboles, montada en bicicleta o sobre patines.

La doctora Olga Arguedas Arguedas, después de 38 años trabajando con la CCSS, los últimos 8 como directora del Hospital Nacional de Niños, se pensionó el viernes 11 de agosto del 2023. Atendió a La Teja para una entrevista en el Hospital de Niños el 15 de agosto de 2023.

Sacó el sexto grado en la Escuela Laboratorio de la Universidad Nacional, el título del bachillerato colegial lo ganó en el Colegio María Auxiliadora de Heredia. Medicina lo estudió en la Universidad de Costa Rica (UCR). Después de sacar el título de medicina general se especializó en Pediatría y después sacó una maestría y un doctorado en Inmunología Clínica en la universidad de Gotemburgo en Suecia.

Le encanta bailar, el teatro, su música y que ama es la clásica, pero para bailar le fascina la bachata, un buen merengue o una buena salsa. Es bien fiel con Luis Miguel, nunca le ha faltado a un concierto en Costa Rica y no piensa hacerlo en febrero que vendrá al Estadio Nacional. “Ahí estaré de fijo, he ido a todos sus conciertos, me encanta”, asegura.

A minutos de salir por última vez del Hospital de Niños, ya con varias horas como pensionada, pero todavía con todo el personal sintiéndola como su directora nos respondió algunas preguntas:

-¿Siempre supo que sería pediatra?

No. Para nada. De niña era muy fantasiosa y quería ser actriz, quería ser periodista. También me gustaba la medicina porque me gustaba mucho reparar, reparar cosas y arreglar situaciones. Las ciencias me gustaban.

Cuando ya iba a entrar a la UCR las dos carreras que anoté fueron Periodismo y Medicina, en primer lugar puse Medicina. Mi mamá no quería que estudiara periodismo porque en aquellos años de los ochentas Centroamérica tenía muchos conflictos armados y pasaban cosas muy tristes con periodistas.

Mamá me convenció de entrar, al menos, un año en Medicina y si no me gustaba me podía cambiar a Periodismo. Esa oportunidad me tranquilizó y entré a Medicina y me encantó, ya nunca más la dejé.

-¿Becada en la UCR?

Me becaron porque sacaba muy buenas notas, o sea, por rendimiento académico.

-¿De familia acomodada?

Una familia típica de clase media, de esas que trabajan todos los días. Nunca nos faltó nada porque mis papás se esforzaron económicamente. Crecí en un hogar con mucho cariño y con muy buenos ejemplos. Agradezco que de mi familia heredé el amor por leer y escribir. Mis papás y mis tías fueron grandes amantes de la lectura.

-¿Doctora por herencia?

Vieras que no. En la familia más cercana no había doctores.

-¿Ya en Medicina nunca pensó en cambiar a Periodismo?

No. Ya cuando entré, entré, pero vea qué interesante. Siempre me ha apasionado el tema de la comunicación, las palabras, siempre.

Creo que de alguna manera Dios me dio la oportunidad de ser médico y me dio la posibilidad de comunicarme con los pacientes de forma empática, porque a mí realmente me importó siempre lo que les pasaba a las personas, a las familias. Gracias a ese lado amante de la comunicación pude llevar consuelo y alivio a muchas familias.

-¿Pediatría?

Siempre tuve claro que quería ser médico internista (atiende adultos) porque la medicina interna es muy linda, muy rica en la parte científica y tiene una conexión muy directa con las ciencias básicas, me gustaba mucho eso.

Sin embargo, cuando me tocó el internado, el último año de la carrera de medicina, el director del Hospital de Niños era el doctor Edgar Mohs, tenía una gran presencia, una gran integridad y el hospital siempre estaba limpio, impecable y todo funcionaba como un reloj suizo, para todo había normas y disposiciones.

Me gustaba mucho ver cómo compartían los pediatras con los papás y con los chiquitos. En mi último bloque cambié, me dije “no, la pediatría es medicina interna solo que en personitas”… la mejor decisión que tomé porque mis jefes, que son mis pacienticos, son los jefes más lindos del mundo.

¿La marcaron algunos casos?

Muchos. Siempre llevaré en mi corazón los niños que se fueron al cielo, esos te marcan demasiado, jamás se olvidan, ni se olvidan los papás y las familias. No se le quita a una nunca el deseo de que las cosas hubiesen terminado diferente.

Es muy difícil gestionar el dolor, por eso, claro que pasa que cuando un pacientito fallece también una parte de una fallece con ellos, es inevitable.

-¿Un caso de triunfo que la marcó?

Durante mucho tiempo trabajé en el programa de trasplante de médula ósea, aquí en el hospital en conjunto con el doctor Porras y el servicio de Inmunología, y tengo recuerdo de muchos de los niños, pero voy a hablar de Mónica, una niñita muy especial, preciosa, que tenía una leucemia que no se curó con quimioterapia y su única opción era el trasplante.

De Mónica aprendí mucho, ella siempre estaba positiva, siempre contenta, no importaban los procesos médicos, ella era superpositiva. Por sobre todo su mamá, doña Hazel, que me dio una gran lección de resiliencia, de optimismo, de vamos pa’lante.

-¿Algún caso realmente se le pareció a un milagro?

Sí. Me tocó atender niños que se sanaron gracias a un milagro. Hay algunos niños que realmente pensaba que no iban a lograr vencer la batalla y con fe y actitud de sus padres salieron adelante. Esas son de las mejores lecciones que un médico puede recibir.

Se pensionó la doctora Olga Arguedas, directora del Hospital de Niños

-¿El amor de los papás?

Influye totalmente en el proceso de los niños. Puede ser que en ocasiones no se logre sanar, perdemos la batalla, pero el niño la pierde en paz, con dignidad porque el amor de los padres presente hace siempre el camino más llevadero, más liviano para el sufrimiento.

Los niños que tienen papás siempre con buena actitud, están siempre presentes y son positivos, son niños que tienen una vida mejor, dure lo que dure esa vida.

-¿La pandemia del covid-19 fue lo más difícil que vivió?

Sin duda alguna. Todo nuevo, grandes dudas. Aprendíamos al momento, no había respuestas inmediatas. Por muchos días nos conectábamos con doctores de China a las dos de la mañana para ir sabiendo día a día lo nuevo y así ir actuando aquí. Fue un gran reto y el país entero respondió bien a ese reto.

-¿Uno de los errores que más cometemos los papás y que por eso el chiquito termina en el HNN?

Mi principal preocupación, en lo que se refiere a la crianza de los niños actuales, es lo que se llama la crianza distraída. Los papás modernos tienen muchas distracciones, la primera es el teléfono celular que tiene un impacto tremendamente negativo en la crianza de los chiquitos.

Uno ve papás que llevan a su bebé en un coche y esos papás van pegados de su teléfono celular, distraídos, en lugar de contemplar la carita de su bebé, de disfrutar cómo reacciona, cómo responde a los estímulos, de ver ese espectáculo tan maravilloso que es el desarrollo de un niño.

Esa crianza distraída también provoca situaciones que en ocasiones lamentamos como caídas, quemaduras, intoxicaciones, accidentes de tránsito; son situaciones prevenibles, pero necesitan que los papás estén enfocados y atentos en sus hijos y no en el celular, en problemas económicos, emocionales, porque son grandes distractores.

-¿Qué le faltó por hacer?

El hospital desde hace más de 10 años necesita desesperadamente crecer. Hice los mejores esfuerzos que pude para poner a caminar el proyecto de la Torre de Cuidado Crítico.

La cuadra que está hacia el oeste del hospital ya dichosamente pertenece a la Caja y prácticamente está completa la expropiación, ocupa un poquito de voluntad para que pronto, bien pronto, sea una realidad y ahí podamos tener a los chiquitos más graves.

Tendrá servicios de Emergencias, Unidad de Cuidados Intensivos para recién nacidos, para los más grandecitos, con mejores espacios, unidad de cirugía cardíaca que tanto necesitamos, quirófanos especiales. Es un proyecto que le pido a Dios que se haga realidad. No está tan lejos, está más cerquita hay bastante caminado, pero falta.

-¿Consejo para el nuevo director?

Que viva un día a la vez, un reto a la vez. La gran carga de dirigir el Hospital de Niños llega a sobrecargar emocionalmente que es difícil de manejar, por eso, un día a la vez con pasión, contentos. Que nunca se quede con una versión de los asuntos, que siempre escuche todas las versiones para tomar una mejor decisión.

¿Qué le dice al Hospital Nacional de Niños?

Gracias, mil gracias por todo lo que me dio y me enseñó. Gracias a los niños, a los papás, por premiarme con su cariño.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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