En Heredia se da un infarto por día. En esta provincia la incidencia de relojazos crece un 15% por encima del promedio nacional.

“El problema cardiovascular está aumentando en todo el país, pero en Heredia es muy pronunciado. Desde el 2011 al 2018 los infartos ahí han aumentado un 58%, mientras que a nivel nacional el aumento fue del 43% en el mismo período”, resaltó Román Macaya, presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social.

Las autoridades de la Caja se basan en estudios epidemiológicos que demuestran el repunte, pero dichos estudios no especifican por qué estos males se ensañan más con los florenses.

Macaya resaltó que los infartos se dan cada vez más en gente joven, específicamente en menores de 40 años.

Agregó que en Heredia también tiene altos índices de cáncer de mama. Ahí se detectan 130 casos por año. Esto hace necesario reforzar que las mujeres de entre 45 y 70 años se hagan el tamizaje, ya que con el autoexamen solo se puede detectar un tumor del tamaño de un limón, pero con la mamografía se detectan del tamaño de un grano de maíz (los cuales son más fáciles de tratar).

Mucho estrés

Los datos que dio a conocer la Caja se reflejan en la calle.

En la Municipalidad de Barva, por ejemplo, a tres funcionarios les ha dado un infarto.

Uno de ellos es Adrián Campos, de 60 años, encargado de cobros, quien nos dijo que sufrió un relojazo leve hace un año y que él considera que se debió a que fumaba y al estrés.

Otro de los funcionarios es Joel Castillo, de 57 años, jefe de obras civiles. A él le dio el infarto en noviembre del 2018 y en el 2019 tuvieron que colocarle tres resortes para limpiar las arterias.

Don Joel asegura que, en su caso, fue la mala alimentación, porque comía muchas hamburguesas y comidas con grasa, aparte de que fumaba.

Ahora se cuida más, perdió 11 kilos, sale a caminar todos los días y come sin sal y sin azúcar. Asegura que se siente diferente, mucho mejor, aunque recalca que en Heredia un factor que causa muchos estrés en la población, son las presas.

Francisco Araya es el presidente de la junta de salud del hospital de Heredia y es operado del corazón por un problema hereditario.

“Los fines de semana, aquí en Heredia, todos los restaurantes de comida rápida están llenos, se ve muchísimo sobrepeso; aunque también hay bastantes gimnasios y el mall Oxígeno ha aportado un espacio importante para correr”, comentó Araya, quien indicó no tener una posible razón de por qué dicha provincia sale tan mal parada en temas de salud.

Moderna tecnología

Ante esta realidad, la Caja apostó por la compra de alta tecnología para el diagnóstico y tratamiento de los males cardíacos.

Se trata de un angiógrafo cuyo costo es de $3,8 millones (¢2.200 millones), que no solo servirá para la detección y diagnóstico de los problemas cardiovasculares, sino también de problemas en el hígado y el cerebro.

El equipo beneficiará a 510 mil personas que reciben atención en el hospital San Vicente de Paúl de Heredia. En consecuencia disminuirán las referencias al México y eso mejorará el acceso a los diagnósticos de su red de atención compuesta por 2.5 millones de asegurados.

La Caja también compró un mamógrafo para los heredianos.

Este viernes se dio la firma de ambas compras. Se estima que para finales de año ya estén en funcionamiento.