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Erosión se traga las playas del Pacífico y el Caribe

La playa de Manzanillo ha perdido hasta 23 metros y fenómeno desgasta playas del Pacífico y el Caribe

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La erosión está desgastando con fuerza las playas de nuestro país y sus efectos no solo son perjudiciales si no que están a la vista.

Estudios recientes de la Universidad de Costa Rica (UCR) y de la Universidad Nacional (UNA) confirman que este proceso se ha intensificado en los últimos años y advierten sobre posibles cambios a futuro.

Carolina Acosta Quesada, Estefanía Barquero Alvarado y Francisco Domínguez Barros analizaron la playa de Gandoca, manzanillo, en el bello Caribe Sur, para su tesis de licenciatura en Geografía del 2020.

Las costas del Pacífico y del Caribe costarricense presentan serios problemas de erosión. Se proyecta que este fenómeno se agravará en las próximas décadas. Roberto Serrano, emprendedor turístico de Gandoca, afirma que la erosión costera ha tenido un impacto en la economía de los habitantes locales.

“Ellos estudiaron los cambios estructurales que han golpeado la línea de costa de la playa Gandoca. Utilizaron fotografías aéreas y establecieron cómo eran y cómo son ahora las playas, lo cual complementaron con los testimonios de pobladores.

Los lugares más afectados por el desgaste en el Caribe Sur son Puerto Vargas, Parque Nacional Cahuita y el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo.

Entre el 2005 y el 2016 en la playa de Manzanillo, cerca de la entrada al refugio de vida silvestre, se documentó la pérdida de 2,1 metros de costa al año; es decir, 23 metros en total durante esos once años.

En carne propia. Don Roberto Serrano Ramírez vive en Gandoca desde hace más de 20 años y afirma que las tortugas baula llegan en menor cantidad que antes debido al desgaste que el mar provoca en las costas.

De mil desoves por temporada que se registraron en el 2007, se dieron un poco más de 100 hace tan solo dos años, según Serrano.

“Cuando una playa se erosiona, las arenas se trasladan a otra parte y esto impide que una tortuga pueda llegar a desovar. Las tortugas marinas tienen un fenómeno que se llama impronta, que consiste en que ellas regresan años después a desovar al mismo sitio en donde nacieron”, explica Don Roberto.

Para él, si las tortugas no encuentran una playa adecuada donde desovar, migran a otros lugares donde no existe protección, lo que pone en riesgo a sus poblaciones ya disminuidas.

Este agricultor y emprendedor depende, junto con su familia, del turismo, al igual que la mayoría de los que viven en Gandoca, localizada en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo.

Las costas del Pacífico y del Caribe costarricense presentan serios problemas de erosión. Se proyecta que este fenómeno se agravará en las próximas décadas.  En el Caribe, el Parque Nacional Cahuita y el Refugio Nacional de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo son algunos de los sitios más afectados por la erosión costera.

“Los habitantes de nuestra comunidad, en un gran porcentaje, viven del turismo. Y si no vienen tortugas a desovar, pues tampoco tendremos turistas.

“Esto hace que nuestros jóvenes tengan que salir a buscar trabajo a otras partes, que las personas que vivimos aquí, que tenemos desde hace muchos años un proyecto ecoturístico, tengamos cada vez menos fuentes de trabajo”, comenta desanimado don Roberto.

Los científicos alertan que la mayoría de los bordes costeros en el mundo están en estado de erosión y que un 70 % de las playas de arena están retrocediendo, como lo destaca el físico y oceanógrafo, doctor Omar Lizano Rodríguez, del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), de la UCR.

En las últimas décadas ha habido erosión en la mayoría de las playas del Pacífico costarricense, incluso en la isla del Coco, según Lizano.

Este fenómeno aumenta durante los ciclos de las mareas extraordinarias y en unión con otros efectos relacionados con el océano, como el aumento en el nivel del mar, por el calentamiento global; el fenómeno de El Niño y las tormentas.

El oceanógrafo asegura que las playas con mayor erosión en el Pacífico son las que están expuestas al oleaje del mar abierto, pues estas áreas “son más fácilmente alcanzadas por el oleaje fuerte y tienen pérdida permanente de materiales”.

Las costas del Pacífico y del Caribe costarricense presentan serios problemas de erosión. Se proyecta que este fenómeno se agravará en las próximas décadas. En la desembocadura del río Parrita, se está formando un cordón litoral a raíz de los sedimentos que descarga el río, esto compromete las edificaciones ubicadas al oeste de la desembocadura, en playa Bandera. Foto: cortesía de Omar Lizano.

Playas del Pacífico

En la provincia de Guanacaste es evidente la erosión en playas como Punta Guiones, Carrillo, Sámara, Nosara, Ostional, Lagarto, Pitahaya, Junquillal y Tamarindo, entre otras.

El Pacífico Central también ha mostrado elevaciones en el nivel del mar, mareas astronómicas y oleaje alto, como ocurrió durante el fenómeno de El Niño de 1997 y 1998 en playa Caldera, con fuertes impactos debido a la erosión. Como resultado, se produjo el rompimiento de un dique, inundaciones en un caserío cercano y frecuentes mareas que llegan a la carretera.

En playa Azul, en la margen izquierda de la desembocadura del río Grande de Tárcoles, y en playa Manuel Antonio, a la entrada del parque nacional, se observan los efectos del oleaje en las palmeras y en algunas construcciones como casas que tuvieron que ser abandonadas o que se las tragó el mar.

Las costas del Pacífico y del Caribe costarricense presentan serios problemas de erosión. Se proyecta que este fenómeno se agravará en las próximas décadas.

En otras playas del Pacífico Sur, como Esterillos Oeste, Central y Este, Hermosa, Bejuco, Palo Seco, isla Damas y Dominical, también se reportan procesos de erosión intensos.

“Los residentes de playa Dominical dicen que el mar se está metiendo cada año más”, advierte Lizano.

Redacción

Redacción LT

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