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Estrés que trajo la pandemia por covid-19 aumentó muertes por infartos en Costa Rica

La vacuna contra el coronavirus no es la culpable

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La pandemia del covid-19 se convirtió en la principal causa de muerte en Costa Rica, pero, al mismo tiempo, hizo que las muertes por infartos en el país aumentaran.

Así lo revelan los datos de defunciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

“En el periodo prepandémico, del 2017 al 2019, la causa más frecuente de muerte era el infarto agudo al miocardio, para el periodo pandémico del 2020 al 2022, comparando los primeros semestres de cada año, el covid pasa a ser la primera causa y seguido por los ataques al corazón”, explicó Olga Marta Araya, coordinadora de la Unidad de Estadísticas Demograficas del INEC.

Entre los primeros seis meses del 2017 y el 2019 murieron 2.384 personas a causa de un “relojazo”, mientras que en el mismo periodo, pero del 2020 al 2022, los fallecidos por esa misma causa fueron 2.683, un ligero incremento.

Pero, ¿a qué se debe ese incremento?

En realidad son varios los factores que influyeron, pero ninguno de ellos es la vacuna contra el covid-19, así de tajante fue el cirujano cardivascular Elliot Garita, para eliminar, de una vez por todas, el mito que ronda entre los antivacunas.

“Este aumento se ha dado tanto en población vacunada como no vacunada, no podemos achacarle a que sea por la vacuna. Se han venido sumando varias cosas que mejoran por un lado la atención y por otro el diagnóstico. Antes del covid la gente acudía muy tarde a atenderse”, explicó el doctor Garita.

Parte de los argumentos médicos que dio el profesional es que durante la pandemia hubo mucho sedentarismo por estar encerrados y sobre todo altos niveles de estrés.

Al inicio de la pandemia, la incertidumbre por no saber qué iba a pasar con la enfermedad, si nos íbamos a morir o no, más la preocupación por quedarse sin trabajo o ver disminuidos sus ingresos, deterioraron la salud de muchas personas.

El corazón del costarricense está enfermo y en peligro por falta de ejercicio y una sana alimentación

El doctor también confirmó que hubo un aumento en las enfermedades cardiovasculares, tanto cardiácas como cerebrales y vasculares periféricas y que la población en general ha sido sometida a niveles de tensión mayores a lo normal y eso también pasa su factura.

Covid influye

El especialista también admitió que algunos de los pacientes que tuvieron covid también pudieron tener repercusiones cardíacas directas, porque el virus tiene la capacidad de “pegarse” en las plaquitas (como si fuera sarro) y en las arterias, agravando lesiones que anteriormente pasaban desapercibidas por ser pequeñas.

“Los que han tenido coágulos por covid, es más fácil que se quede pegado en el tapón que forma el virus en las plaquitas que se tope, pues estos funcionan como imanes y se va pegando uno sobre otro, aumentado la estrechez de la arteria y acelerando el riesgo de infarto, pues una obstrucción que era de 5%, pasa a ser de 90%”, añadió el cirujano.

Daniel Quesada, Jefe de Cardiología del hospital San Vicente de Paúl, refuerza lo que dice Garita.

“El virus es un factor de riesgo como tal para tener enfermedad cardiovascular. Las personas que han tenido covid y presentan el síndrome post covid, pueden tener un aumento del riesgo de infarto por la inflamación que produce el virus y las secuelas propias de este”, comentó Quesada.

Cada vez más jóvenes

Según el doctor Garita, la edad en la le están dando los infartos a las personas también está disminuyendo, pues antes eran más comunes en adultos mayores de 80 años, pero de unos cinco años para acá, le ha tocado operar a personas de 40 años por problemas del corazón.

El cardiólogo coincide con Garita en la disminución de la edad y recalca que cada vez vemos más obesidad infantil y sedentarismo, que aumentan el riesgo de enfermar del corazón.

“Un efecto de lo que ha sido el cambio social por la pandemia, como son la disminución de la actividad física por el periodo de cuarentena y el aislamiento social y que cambiaron sus hábitos nutricionales. Todo esto ha tenido un impacto directo e indirecto en la atención de las enfermedades crónicas como la presión alta y la diabetes”, comentó el doctor Quesada.

Vacuna segura

Algunos grupos antivacunas han insinuado que el aumento de infartos se debe a la vacuna contra el covid-19, a lo que el cardiólogo del centro médico herediano desmiente, recordando que más bien ese medicamento disminuye la posibilidad de que las personas mueran o enfermen gravemente de coronavirus.

“Son millones de personas vacunadas y sabemos que la cantidad de efectos secundarios que produce es bastante baja y no hay ninguna relación de efectos cardiovasculares en ninguno de los registros que han hecho las farmaceúticas y los diferentes organismos internacionales y centros de investigación del mundo.

“Hay menos de un 1% de pacientes que pueden tener una inflamación en el corazón por el covid. Estos números se ven en personas no vacunadas”, sentenció Quesada.

Agregó que es importantísimo que las personas que han tenido infartos, tiene el corazón grande o padecen alguna enfermedad relacionada a ese órgano, que tengan su esquema de vacunación completo (3 o 4 dosis).

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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