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Exfutbolista salió a correr y por bronca de amigo recibió disparo en la cabeza

A pesar de lo ocurrido perdonó a la persona que lo quiso matar y le regaló una Biblia

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El exfutbolista Henry Chacón Brenes recibió un disparo en la cabeza que casi acaba con su vida.

El inesperado suceso ocurrió el 26 de mayo del 2004, cuando tenía 53 años.

Según cuenta Henry, quien jugó en equipos de segunda división como Orión, Curridabat y San Miguel entre los años 70 y 80, la mañana de ese día salió a correr con un amigo en Santa Ana.

El recorrido era de unos 15 kilómetros entre Lindora y Bosques de Lindora.

En este último lugar y a tan solo unos cuantos metros de finalizar el trayecto, un hombre a bordo de un vehículo liviano casi atropella a su acompañante.

“Mi amigo me llevaba unos metros, cuando me di cuenta él le estaba reclamando de una forma bastante airada al hombre del carro, cuando llegué lo que hice fue tratar de que el problema no pasara a más porque no me gustan las discusiones”, recordó.

Lo que ocurrió de inmediato marcó un antes y un después en su vida.

“En un momento el conductor sacó una pistola, nos apuntó a los dos. Pensé que nos estaban vacilando y luego dije 'no es una broma’, pero algo me decía que la pistola no era de verdad así que le dije ‘dispare’ y me disparó”, contó.

La bala pegó en su cabeza, el agresor huyó y su amigo, por lo que él cuenta, pensó lo peor.

Henry cayó al suelo inconsciente, pero a pesar de la gravedad de su herida, aún respiraba.

Fue llevado al hospital San Juan de Dios, donde se determinó que el proyectil le abrió la cabeza y le quebró parte del cráneo.

Mientras el deportista era llevado al centro médico, a unos cuantos kilómetros del lugar donde ocurrió el ataque, su agresor fue detenido por la Fuerza Pública.

Hoy, a sus 68 años, el sobreviviente solo recuerda el nombre de la persona que casi lo manda al más allá, Hans, un colombiano de ascendencia alemana, alto y con una edad cercana a los 40 años, quien además era empresario.

“Cuando estaba en el hospital, yo me decía varias veces que no debía estar ahí, que ese problema no era para tanto y que si me hubieran disparado unos centímetros más abajo seguro no estaría vivo”, detalló.

En el centro médico permaneció internado una semana, luego de eso regresó a su casa en Desamparados sin ninguna secuela física.

Llegar nuevamente a su hogar no fue sencillo, cuenta que no podía estar tranquilo porque era consciente que alguien lo podía buscar para terminar lo que aquel colombiano había empezado.

“¿Que si tenía miedo? Claro porque no sabía qué podía hacer esa persona, si era capaz de buscarme o de hacerle daño a mi familia”, explicó.

Con ese temor estuvo un año, hasta que llegó el día del juicio, justo en mayo del 2005 y tuvo de frente a la persona que casi le arrebata la vida.

Sueño, Biblia y perdón

Un día antes del juicio Henry, quien también es escultor, tuvo un sueño en el cuál él se encontraba con el sujeto que le disparó.

“Nunca había visto a ese hombre, en el sueño lo vi alto y con canas y vi que lo perdonaba”, recordó.

Una vez que se despertó, Henry tuvo la necesidad de hablar con él para perdonarlo y de paso darle un regalo.

“Estaba en la sala de juicio, él llegó a buscarme, me dijo que no quería hacerme eso, lo vi a los ojos y supe que no me estaba mintiendo, le dije que lo perdonaba y lo abracé”.

“Después le di una Biblia y le dije que ahí estaba lo que él andaba buscando, él la aceptó y luego empezó el juicio”, mencionó.

Durante lo poco que conversaron, Hans le dio su versión de los hechos.

“Me dijo que él no había visto a mi amigo, que no lo quería atropellar, pero que sí iba rápido. Pensó que lo queríamos secuestrar porque a él en Colombia le secuestraron a un hijo” agregó.

“También me dijo que vino a Costa Rica buscando paz y que no quería volver a pasar por eso, que ese fue el motivo por el que reaccionó así, lo que él tenía era un trauma”.

Henry y Hans llegaron a un acuerdo, fue así como el extranjero se salvó de ir a prisión.

“Después de eso le perdí la pista, no supe nada más y fue hasta mejor porque cerré un episodio triste para mí”, comentó.

Lección de vida

Henry toma lo que le ocurrió como un aprendizaje para tratar de evitar problemas y encontronazos con personas llenas de ira.

“La gente debe entender que si se anda en carro hay que tener paciencia, no se puede andar habiendo loco porque hay peatones y conductores que merecen respeto”, añadió.

Sobre su amigo, el que iba corriendo delante de él, dijo que todavía le habla y que ambos aprendieron de lo sucedido.

"Mi consejo es no ser colérico ni andar con personas así porque pueden meterlo a uno en problemas, eso me pasó a mí y por dicha estoy contando el cuento”, opinó.

Otra de las lecciones que le dejó su experiencia fue perdonar, sin importar el daño que le hicieron.

“Hablemos de Costa Rica, no de otros países, aquí la gente se está haciendo más violenta, a cada rato vemos discusiones entre parejas, entre conductores y hasta entre niños, debemos cambiar eso porque a veces la vida es como una olla de presión, acumulamos muchas cosas y explotamos en el momento menos indicado”.

Henry ahora ve la vida diferente y sabe que cada día que pasa no es uno más, sino uno menos por eso su consejo es disfrutar.

Escultor reconocido

Este sobreviviente es un reconocido escultor nacional que convierte la chatarra en arte. Sus obras están en 18 países, repartidas en América y Europa.

Actualmente tiene una exposición en el jardín del Museo Municipal de Cartago y a lo interno de las Ruinas, en esta misma provincia, que han sido del agrado de quienes pasan por ahí, ya que muchos se toman fotos.

Esto alegra a Henry quien se motiva al ver la aceptación que tienen sus obras.

“Aprendí a soldar a los 17 años, luego como a los 24 empecé a hacer estas cosas y de esto vivo, mis obras están valoradas entre los $4 mil (poco más de dos millones de colones) y los $15 mil (cerca a los 8 melones), hacer este tipo de cosas hacen que disfrute más la vida”, reseñó.

El artista espera seguir realizando este trabajo hasta que Dios le de fuerza, pues es una forma de agradecerle la segunda oportunidad para vivir que le dio.

Bryan Castillo

Periodista

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