Un biólogo de 43 años, quien se encontraba de paseo familiar en Copey de Dota por el Día de la Madre, se encuentra internado en cuidados intensivos por la mordedura de un murciélago que lo contagió de rabia, el hombre quería ayudarlo porque lo vio herido.

Pese a que el caso ocurrió desde el 15 de agosto, el paciente acudió al hospital hasta el 11 de octubre anterior cuando los síntomas comenzaron a manifestarse.

El paciente, al que la familia pidió proteger su identidad, se acercó a manipular unos murciélagos que estaban en una cueva y lamentablemente uno de ellos lo mordió. Y aunque él se lavó la herida con agua y jabón, como se recomienda, además de restregarse con un cepillo, no fue al hospi hasta casi dos meses después. Además, no indicó desde un principio que lo había mordido el murciélago, por lo que fue empeorando.

El amante de los animales inició con dolores en el brazo izquierdo, adormecimiento de ambas manos, debilidad muscular, malestar general como mareos y vómitos, alucinaciones, trastornos de orientación y dificultad para tragar. En el centro médico lo tienen intubado y, ante la mortalidad de un 100% que tenemos en el país ante estos casos, el pronóstico médico es desalentador.

La víctima se encuentra con insuficiencia renal.

El doctor Daniel Salas, director de Vigilancia de la Salud, pidió a la población no acercarse o provocar a los animales silvestres y, en caso de ser mordido por uno es estos, ir de inmediato al centro médico más cercano.

“Si la persona no acude al Ebáis para que le apliquen la vacuna, que consiste de cinco dosis, y empiezan los síntomas, ya es demasiado tarde, aunque le den las vacunas. El pronóstico es muy reservado y con una alta mortalidad”, explicó el doctor Salas.

Si bien no todos los murciélagos tienen rabia, no hay forma de que la población los identifique, por lo que es mejor no jugársela, o sea, si lo muerde alguno hay que ir a vacunarse de inmediato.

Se dan entre tres y cinco casos de rabia en ganado

Por su parte, el doctor Bernal León de Senasa, también pidió a los ticos mantener vacunados a los animales para prevenir estos casos, pues todos los años tenemos entre tres y cinco casos de brotes en el ganado.

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La rabia se transmite por la mordedura de un animal contagiado que pasa el virus de la saliva a la herida, también si el animal está infectado y le lame alguna herida a la persona. La rabia afecta el sistema nervioso central y empieza a manifestar los primero síntomas a las tres semanas de la mordedura.

Los últimos casos registrados en humanos se presentaron en el 2014 en dos niños, uno que fue mordido por una ardilla en la zona sur y una niña nicaragüense que acababa de llegar al país y había sido atacada por una zarigüeya.

Este es el undécimo caso de rabia que se presenta en el país desde 1967, lamentablemente los 10 anteriores murieron, aunque no debería terminar de esa manera si se actúa a tiempo.

Desde 1970 no tenemos transmisión de esta enfermedad por perros.

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La Caja está contactando a todas las personas que compartieron con el paciente en estos dos meses para aplicarles la vacuna y evitar que se dé algún otro caso.