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La frase “no se deje meter diez con hueco” nació en el Sanatorio Durán

Dicho tuvo su origen en el miedo que tenían los ticos, por ignorancia, de contagiarse de algunas enfermedades como la tuberculosis

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Mucho se ha hablado sobre el Sanatorio Carlos Durán en Cartago, ese lugar misterioso y embrujado (según dicen muchos), que hoy está de centenario. Abrió sus puertas en 1918 para tratar a las personas que padecían tuberculosis, pero cuyas historias lo han hecho cada vez más popular.

Aparte de esos cuentos fantasmales y de sustos que encierra el antiguo hospital, también hay un relato que tiene que ver con un dicho muy usado por nuestros tatas y abuelos.

Cada vez que alguien podía convertirse en víctima de un engaño, una burla y hasta de una estafa, le advertían: “No se deje meter diez con hueco” o “cuidado le meten diez con hueco”.

Esa frase es algo así como “no caiga de tonto, no se vaya de maje”. Y esa advertencia, “no le metan diez con hueco” nació gracias al antiguo Sanatorio Durán.

Marlen Carrillo, quien es diseñadora, nos contó que su mamá, Arcadia Jaén, padeció tuberculosis, por lo que estuvo 20 años internada en ese sanatorio. Cuando la señora fue de dada de alta regresó a su casa con varios recuerdos, entre ellos unas monedas con hueco, las cuales guardaba en un cofre.

Doña Arcadia nunca le quiso contar a su hija qué significado tenía eso, pero cuando Marlen empezó a trabajar usaba una de estas monedas como dije en una cadena. Un día su jefe, quien era el director de la Prensa Libre en aquel momento, Andrés Borrasé, la observó y le contó una historia que ella jamás imaginó.

Por el miedo

Durante mucho tiempo (en este caso cerca del año 1944), por ignorancia más que todo, se creía que la tuberculosis se contagiaba por cualquier cosa.

Entonces las autoridades del Banco Nacional (aún no existía el Banco Central) ordenaron diferenciar las monedas que se usaban en ese centro médico y en el asilo Las Mercedes, donde estaban los enfermos con lepra, para advertir a la población y que así “no se contagiara”.

Manuel Chacón, curador y encargado de la colección de billetes y monedas del Banco Central, nos amplió sobre el tema.

La orden específica fue acuñar o hacer una moneda especial para estos lugares, pero Chacón explicó que no había tiempo ni dinero para ello, así que se tomó la decisión de hacerles un huequito a las monedas que ya estaban en circulación, pero se usarían solo en el Sanatorio Durán y en el Leprosario.

Estas monedas sí tenían valor, igual que el resto, pero la gente las rechazaba por miedo a contagiarse, así que solo se usaban en las pulperías que funcionaban dentro del sanatorio y del leprosario.

El curador explicó que les hicieron hueco a 5.800 monedas, de 5, 25 y 50 céntimos, además de 1 colón.

Pero a las de 10 céntimos no les hicieron hueco. Ahí está el detalle, como diría Cantinflas.

Lo que pasa es que todas las otras monedas (menos las de 10 céntimos) estaban hechas de un material llamado cuproníquel, mientras que las de 10 fueron fabricadas con un latón que mezclaba cobre y estaño.

Es decir, era un material más malo, así que era más probable que se prestaran para el contagio, por eso nunca aplicaron la orden de huequearlas para que no se usaran en esos dos centros de salud.

De esa forma nació la famosa frase “No se deje meter diez con hueco”, ya que esas nunca existieron.

Hoy en día, el Banco Central no tiene información de cuánto tiempo circularon y cuándo fueron retiradas las monedas agujereadas.

Chacón comentó que el Banco Central tiene en su poder unas ocho monedas con huequito. Son muy raras y apetecidas por los coleccionistas, así que cuestan bastante platica, aunque no se aventuró a darnos un monto.

Marlen Carrillo guarda una, dice que lo hace para recordar que dichosamente la sociedad cambia y rectifica.

¿Cómo está la vara?

Más de un carajillo que está leyendo esta nota se debe estar preguntando: ¿qué es esa vara con eso de diez con hueco?

Algo que se entiende porque es un dicho que recuerdan más que todo las personas de 30 años pa' arriba.

El periodista Rodolfo González aprovechó para recordar otras famosas frases que se han perdido con el tiempo:

- Salió como semilla de guaba (se fue rapidísimo).

- Le dieron los veinte (lo cortó la pareja).

- Jálese una pollada (hágame un favor).

- Ni pica la leña ni presta el hacha (ni ayuda ni deja que otros ayuden).

- No sea zorompo o sonajas (no sea tonto).

- Me fui de pollo (se fue en todas).

- No puse ni las manos (se fue resbalado).

- Al que le caiga el guante que se lo plante (si cree que la indirecta fue para usted, salado).

- Sigue Petra con calentura (sigue de necio o necia).

- Al perro flaco se le pegan las pulgas (al más débil le echan las culpas).

Apúntese a la tafies

Este domingo 29 de julio finalizan las actividades de conmemoración del centenario del Sanatorio Durán, patrimonio nacional desde el año 2014.

Desde las 10 a.m. y hasta las 4 p.m. habrá actividades recreativas, juegos tradicionales, inflables y pintacaritas, además de venta de artesanías.

De 10 a.m. a 1 p.m. habrá un festival folclórico.

A las 2 p.m. será la santa misa.

A las 3:30 p.m. hay un concierto con la camerata de la Universidad Nacional.

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