Ya llegué a Costa Rica y para que de una vez nos vayamos entendiendo, soy la mejor pantalla que jamás existió en el planeta, ¿entendió? Soy lo mejor de lo mejor, así que no se deje apantallar por los ocho millones de colones que cuesto, se los aseguro, valgo cada colón y se los voy a demostrar.

Para ir entrando en confianza, puede llamarme 8K o QLED TV de Samsung, como gusten, por ahí puede que se acuerden de mi hermana menor, la 4K, pero no nos compare porque soy mucho mejor en todo (loa 8K es lo mejor de lo mejor en resolución de imagen).

Por ejemplo, yo aprendo cómo es usted y después soy tan carga que, con la inteligencia artificial que tengo, entiendo su personalidad y le doy justo lo que a usted más le gusta.

Si le encantan los programas de naturaleza o de historia, yo logro comprender eso, y por eso cada vez que usted me prende, me voy directo a su canal preferido, para que usted sea complacido como un rey en una pantalla de 82 pulgadas con una resolución de 33 millones de pixeles.

Eso jamás se había hecho, por eso soy única, mi imagen es perfecta en detalles de alta calidad, lea bien, imagen perfecta, incluso me han hecho en 98 pulgadas, pero de esas no hay todavía en este país.

Si usted es demasiado exigente, tranquilo, también estoy en 98 pulgadas para que viva una real experiencia del cine en su casa, ¿cómo le quedó el ojo? Mejoro los colores, reduzco el brillo en la pantalla con un sistema llamado Viewing Angle, eso significa que desde donde quiera verme… sigo siendo perfecta.

Soy tan inteligente que si usted me pega a la pared de su casa, y me ingresa una foto de esa pared, yo entiendo el color que tiene ese espacio y me adapto poniendo colores muy parecidos en mi pantalla cuando me tienen en modo ambiente y así me acomodo a la decoración.

Soy delgada y cuando me pegan en la pared diga que esta viendo un cuadro. ¿Quiere más? Pues le doy más, mi conexión es invisible, un solo cable transparente y bien delgadito me conecta con la electricidad y otros dispositivos, como los parlantes de la serie Q, que no es por rajar, pero los hicieron especialmente para mí.

Pique bravo

¿Por qué jugará tanto de viva? Tampoco creo que sea la última chupada de mango. Hola, les habla una pantalla LG de 86 pulgadas y no me quedo atrás, soy de lo mejor que hay en el mercado y, para que lo piensen, soy muchísimo más barata, valgo apenas dos melones y medio de colones.

Tengo una superresolución en 4K que complace hasta al más exigente. Es una resolución que puede aprovechar al máximo con la gran cantidad de películas y series que ya están en 4K en Netflix o YouTube, por ejemplo.

Soy muy fácil de usar, mi control remoto tiene comando de voz como la juega de viva de la 8K y también tengo inteligencia artificial. Me pueden conectar cualquier dispositivo y hasta ver en mi pantalla los celulares… ¡Tengo opción de karaoke pa’ acompañar el chifrijito de los fines de semana!

Me van a disculpar, pero usted sabe cómo es el asunto en pantallas, yo soy una Sony, ya con solo eso le dije todo. No rajo de ser la mamá de los tomates, mejor juzgue usted: mido 85 pulgadas, tengo todo lo que aquellas otras dos rajonas tienen y valgo cuatro millones de colones. Mi sistema operativo es mucho más sencillo de usar porque me he especializado desde hace muchos años, qué le voy a decir, soy Sony.

Tengo un componente especial de computadora que permite una de las mejores imágenes de la historia, vengo totalmente compatible para los juegos de video, de hecho, sus carajillos pueden sincronizar el juego de la PlayStation 4 conmigo y entretenerse de lo lindo y, como todas las anteriores, soy completamente inteligente y con conexión a cachete de Internet.

Pequeñitas pero matonas

¿Quiere calidad? Acérquese aquí para contarle, soy una pantalla Telstar de 65 pulgadas, así como lo lee, 65 pulgadas, soy 4K, inteligente y con todo lo que traen aquellas otras engreídas, pero con la diferencia que valgo solo 699.900 colones y en ocasiones me ponen en oferta en Tiendas Monge y quedo en menos de cinco tejas. Eso es calidad y cuidarle la bolsa del pantalón, no se deje engañar, yo soy la mejor.

Yo soy una pantalla Westinghouse de 58 pulgadas, soy bien matona porque soy inteligente, tengo una superimagen, me pueden conectar sus aparatos electrónicos, el sonido que tengo es puras tejas y solo valgo ¢349.900.

Me dejaron de última, pero no porque sea la menos mala, jamás, soy de lo mejor, una pantalla Haier de 50 pulgadas, o sea, una buena bicha con imagen Ultra HD, soy inteligente, delgadísima, me pueden conectar aparatos, me pego a Internet y valgo ¢282.900. Nada más qué hablar, las maté a todas con el precio.

*Agradecimiento especial a don Érick Salazar Acuña, administrador de la Tienda Monge de Zapote.