El Banco Central dejará de fabricar monedas de cinco colones a partir del 1° de enero del otro año.
La institución indicó que la decisión se tomó debido a una serie de factores.
Uno de ellos es que fabricar cada moneda tiene un costo de ¢7,10; es decir, por cada pieza que hace el Banco Central incurre en una pérdida de ¢2,10. Ello, pese a que desde el año 2004 esa denominación se produce en aluminio, el metal más barato que ofrece la industria mundial de fabricación de monedas.
Otro motivo es el poco uso que la gente hace de la moneda de ¢5. Según el Banco Central hay en circulación 715 millones de esas piezas (un promedio de 143 monedas de ¢5 por cada ciudadano) y mensualmente salen a circulación alrededor de 4,5 millones de nuevas piezas de esa denominación, distintos sectores alegan dificultades para abastecerse.
Un tercer factor que se tomó en consideración es que la gestión de la moneda de ¢5 representa altos costos para sectores como la banca, el comercio, el trasporte público, los peajes y muchos otros. Trasladar las monedas, custodiarlas, asegurarlas, procesarlas y distribuirlas en distintas regiones del país, significa altos costos y riesgos operativos.
A pesar que no se harán más monedas de esa denominación, las 715 millones de piezas que están en circulación seguirán funcionando como medio de pago.
Para Lucrecia Sojo, una pulpera de Purral en Goicoechea, las monedas de ¢5 son necesarias, por los precios que tienen muchos productos.
“Algunos productos cuestan ¢495, ¢875 y precios por el estilo. Nosotros sí las necesitamos para dar vueltos y aún se cobran tarifas de bus en los que los usuarios aprovechan esas monedas”, indicó.
Otras que se han ido
Marvin Alvarado, director del Departamento de Tesorería del Banco Central comentó que las primeras monedas en desaparecer del escenario tico fueron las que se llamaban fraccionarias, es decir, las de 5, 10, 25 y 50 céntimos.
“Esas monedas desaparecieron en la década de los 80, debido a la evolución de los precios de los productos y en consecuencia estas fueron perdiendo valor en el mercado”, aseguró.
Otras de las monedas que dejaron de fabricarse fueron las de un colón (¢1) en 1998, porque cada una costaba 4 colones.
“En el 2005 se sacaron las monedas de ¢2, ¢5, ¢10 y ¢20 (las grandes), pues la idea era dejar monedas de un único tamaño por denominación. Estas monedas eran muy grandes y confundía a las personas no videntes”, añadió.
Alvarado expresó que en la actualidad están en vigencia las monedas de ¢5, ¢10, ¢25, ¢50, ¢100 y ¢500. Todas estas monedas forman lo que se llama cono monetario, ya que al acomodarlas se componen una figura cónica y también se añade la moneda de ¢1, que aunque ya no circula es la base de la moneda en el país.