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Mujer nicaragüense levantó negocio a punta de sacrificio y mucho trabajo duro

Esta pulseadora nicaragüense demuestra que se puede conseguir todo lo que uno se propone

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Patricia se siente orgullosa de lo que ha logrado en Costa Rica. Foto: Cortesía. (Cortesía)

Ana Patricia Zabala Novoa es una nicaragüense que dejó su país en busca de un mejor futuro en Costa Rica, y lo encontró.

Llegó a esta tierra con sus tres hijos pequeños y ahora vive feliz de la vida, por los frutos que ha cosechado.

Esta pulseadora tiene un restaurante que se llama Fritanga Patricia y el hecho de ver que cada día crece más, le hincha el pecho de orgullo y le da fuerzas para seguir trabajando.

Patricia le contó a La Teja cómo ha sido su vida en Costa Rica y hasta les dio consejos a otras personas que también salieron de su país en busca de mejores oportunidades.

Fritanga Patricia ofrece varios platos nicaragüenses deliciosos. Foto: Cortesía. (Facebook de Fritanga Patricia)

— ¿Hace cuánto llegó a Costa Rica y por qué decidió venir?

Ya voy a cumplir 30 años de estar en este país. Me vine porque tenía tres hijos pequeños, la menor tenía cinco meses en aquel momento y como era madre soltera decidí emigrar. Mi mamá ya estaba aquí en Costa Rica y ella me recomendó venir para buscar un mejor futuro.

¿En qué parte de Nicaragua nació?

Nací en San Jorge de Rivas y fui criada en Chinandega.

— ¿Cómo empezó su adaptación cuando llegó al país?

Mi mamá me recibió, ella fue mi gran apoyo para empezar una nueva vida.

Apenas pude empecé a trabajar, vendía bolsitas de plátanos y café en la madrugada, me iba para la parada de buses que iban para Nicaragua y vendía galletas y cosas así. Me levantaba a la una de la mañana y me llevaba a mis hijos, ellos se dormían en una banquita porque yo alquilaba casa y por nada del mundo los dejaba solos; pasé como once años vendiendo cosas en esa parada.

También alquilé un local para poner una soda al frente de donde actualmente tengo mi negocio y comencé a vender gallo pinto, carne asada, tacos, enchiladas. Empecé con una parrilla pequeña y poco a poco me fui haciendo de clientela, eso sí, al mismo tiempo iba a vender en las madrugadas, la pulseaba mucho y hasta iba a las construcciones para vender comida. Fue durísimo hacer crecer el negocio.

Los tacos de doña Patricia son famosos. Foto: Cortesía. (Facebook de Fritanga Patricia)

— ¿Cuándo y cómo nació Fritanga Patricia?

Hace unos trece años, cuando vi que la soda iba surgiendo y que cada día vendía más, decidí patentizar mi negocio, ya algo propio, porque el que el primero que tuve era de un señor. Necesitaba un lugar más grande porque ya no cabía la clientela.

— ¿Cuántas personas trabajan en el local?

Comenzamos mis tres hijos y yo, ahora también está mi esposo y tres sobrinos míos, es un negocio familiar.

— ¿Qué platillos vende?

Los platos fuertes son el gallo pinto, las tajadas (plátanos fritos), la ensalada, la carne, el baho, las sopas y los tacos. También vendo enchiladas, vigorón, quesillos y frescos de cacao, chía, pinol, pinolillo y la Kola Schaller. Solo vendemos comida nica, nada de casados o platos así.

— ¿Dónde se ubica el negocio y qué horario tiene?

Está en barrio México, de las paradas de Grecia, 200 metros al norte. Atiende de lunes a viernes de 2 p. m. a 11 p. m., y sábados y domingos de mediodía a medianoche.

La mayor parte de clientes de Fritanga Patricia son costarricenses enamorados de la comida nicaragüense. Foto: Cortesía. (Facebook de Fritanga Patricia)

— ¿Quiénes visitan más el local: nicaragüenses o ticos?

El público es como 70% costarricenses y 30% nicaragüenses.

— ¿Cómo se siente al ver su negocio crecer después de tanto trabajo y sacrificio?

Siento lindísimo, no tiene idea de todas las lloradas que me pegué. Este negocio lo empecé con cinco kilitos de carne y ahora hacemos hasta 500 kilos por semana.

— ¿Qué es lo que más le gusta de Costa Rica?

De este país me encanta la paz y la tranquilidad que se vive. He recibido uno que otro comentario feo de personas que no tienen amor en su corazón, me han tratado mal y una vez un señor hasta me escupió la cara, eso es lo único malo que he vivido, pero de ahí en fuera todo ha sido bueno.

Tengo unos excelentes vecinos, yo no me meto con nadie para evitar problemas, soy dedicada a mi trabajo. Estoy orgullosa de estar en este país, estoy feliz con la gente que me rodea, gente buena.

También siento que aquí la justicia es buena, estoy feliz de estar aquí, no me veo viviendo otra vez en Nicaragua. A pasear sí voy, pero nada más.

Me siento muy satisfecha de lo que he logrado aquí y muy agradecida con esta tierra, no tuve que irme largo para construir una nueva vida, cerquita de mi patria lo logré.

El pinto es de lo que más se vende en este restaurante. Foto: Cortesía. (Facebook de Fritanga Patricia)

— ¿Qué consejo les da a las personas que llegan a buscar mejor vida en otro país?

Yo les aconsejo a las personas que cuando salgan de su país para buscar un mejor futuro, lleguen a trabajar y no a estar haciendo daño ni a los demás ni a ellos mismos. Uno puede salir adelante, lo que pasa es que hay gente que se dedica a criticar y se quejan de que todo está muy caro.

Este es un país de oportunidades y de trabajo. A mí me ha ido bien, no me puedo quejar, gracias al Señor.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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