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Nicaragüense huyó para salvarse, enfrentó explotación, groserías, cáncer y ahora tiene su negocio

Nicaragüense dejó atrás el dolor y ahora sueña con ver su negocito convertido en una empresa exitosa

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Iveth Gutiérrez es una nicaragüense que ha enfrentado muchos obstáculos pero sigue adelante y luchar por sacar adelante su negocio
Iveth Gutiérrez le pone a todos sus platillos una buena dosis de amor. (Cortesía de Iveth Gutiérrez)

Iveth Gutiérrez es una nicaragüense bien valiente, de esas que no se arruga ante las dificultades, y eso que ha tenido bastantes.

Ella nació en el departamento de Madriz, fue mamá a los 14 años, es ingeniera agrónoma y llegó a Costa Rica como exiliada política en el 2019. Fue candidata a vicealcaldesa por un partido opositor a la dictadura de Daniel Ortega, y por motivos de seguridad tuvo que salir de su país.

Su llegada a Costa Rica no fue nada sencilla, sobre todo, porque tuvo que dejar a sus hijas allá, por lo que vivía llena de preocupación. Viajó varias veces a su tierra y, en el 2021, logró traerse a sus muchachas: Saray y María Alejandra, de 19 y 13 años, respectivamente.

Iveth Gutiérrez es una nicaragüense que ha enfrentado muchos obstáculos pero sigue adelante y luchar por sacar adelante su negocio
La nicaragüense está luchando por sacar su negocio adelante. (Cortesía de Iveth Gutiérrez)

Cuando vivía en Nicaragua, Iveth tenía una tortillería bastante exitosa; en el negocito trabajaban ocho mujeres y procesaban 50 kilos de maíz por día.

A ella siempre le ha gustado el tema de la gastronomía, así que sus primeros trabajos fueron en sodas y restaurantes; sin embargo, las experiencias no fueron muy buenas que digamos.

“Pasé buscando trabajo mucho tiempo hasta que conseguí en un bar restaurante; no era lo que yo estaba buscando, sentía que no era mi ambiente, pero necesitaba el empleo. Me contrataron para que hiciera pupusas salvadoreñas, pero sufrí mucha explotación: entraba a trabajar a las 9 de la mañana y salía a las 2 de la madrugada, me daban de comer solo una vez al día, la señora me trataba feísimo, me ponían a hacer la limpieza, de salonera, de cajera, me tocaba hasta limpiar vomitadas de borrachos.

Iveth Gutiérrez es una nicaragüense que ha enfrentado muchos obstáculos pero sigue adelante y luchar por sacar adelante su negocio
La pulseadora cada vez incorpora más platos a su menú. (Cortesía de Iveth Gutiérrez)

“Esa no era la vida que yo quería para mí ni a la que yo estaba acostumbrada. Un día la señora me pegó una gritada terrible, tenía 15 días de trabajar ahí apenas, pero me armé de valor, agarré mi bolso y me fui de ese lugar”, contó.

Luego, la mujer estuvo trabajando en un restaurante chino, pero los dueños viajaron a su país de origen y cerraron el local, por lo que se quedó sin empleo.

Después consiguió trabajo en una sastrería, pero el trato era terrible; la trataban de inútil, le decían que no servía para nada y un día hasta fue a dar al hospital, porque se le subió el azúcar debido al estrés por el acoso laboral. Eso la hizo hacer un alto en el camino y dejó el brete.

Luego de esas malas experiencias, la pulseadora se puso su propio emprendimiento; empezó a vender las tortillas caseras que tanto le gusta hacer a los negocios cercanos a su casa, en San Isidro de Alajuela.

Iveth Gutiérrez es una nicaragüense que ha enfrentado muchos obstáculos pero sigue adelante y luchar por sacar adelante su negocio
Todos los platillos llevan sello nicaragüense. (Cortesía de Iveth Gutiérrez)

Pero como si ya la vida no le hubiera puesto suficientes pruebas, en el 2022, le detectaron un cáncer en el estómago y eso la obligó a concentrarse en su padecimiento. Le tuvieron que poner quimioterapia y la operaron tres veces, así que se vio obligada a dejar de hacer tortillas.

Pero Iveth no sabe rendirse y hace tres meses volvió a empezar su negocito. De momento, trabaja desde su casa y amplió el menú; ahora incorporó platos típicos nicaragüenses, como nacatamales, chancho con yuca, boñuelos de maiz, boñuelos de yuca, indio viejo, chanfaina, baho, carne asada, sopa de queso, sopa de tortas de pescado, yoles, chorreadas y mazamorra, entre otros.

La vendedora trabaja más que todo contra pedidos. Tiene servicio exprés y también la contratan para ir a hacer sus platillos a eventos como, por ejemplo, fiestas de cumpleaños.

“Me voy a cualquier lugar y llevo mis cosas para trabajar y hacemos el productos donde lo necesiten para que esté todo bien fresco.

Iveth Gutiérrez es una nicaragüense que ha enfrentado muchos obstáculos pero sigue adelante y luchar por sacar adelante su negocio
La valiente sueña con ver su negocio crecer. (Cortesía de Iveth Gutiérrez)

“Soy una persona visionaria, mi negocio se llama Tortillería G y la visualizo en el futuro como una empresa. Mi sueño es muy grande, quiero contratar mujeres nicaragüenses que, al igual que yo, llegaron aquí en circunstancias difíciles, para que puedan tener su trabajito digno todos los días, sin que sean explotadas como me pasó a mí. Visualizo una empresa grande, no quiero quedarme estancada; a mí no me da pena vender tortillas, me encanta”, dijo la vendedora.

Iveth dice que lo primero que quiere hacer es poner un local para que la gente pueda llegar a comer ahí y tener sucursales en Sabanilla y el centro de Alajuela para después seguir expandiendo su negocio.

Si usted quiere hacerle pedidos a esta empunchada mujer puede contactarla a los números: 6288-1969 o 6436-4704.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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