OPINIÓN: Equipo ético de Figueres saca caja pero le huye a los alcaldes

Lo que es bueno para el ganso, en el equipo ético anunciado por el candidato José María Figueres, del PLN, no es bueno para la gansa.

El abogado Roberto Matamoros, uno de los 41 miembros, el martes se desgalilló al comparar el caso Cochinilla con el escándalo internacional de la constructora brasileña Odebrecht, la cual choriceó a manos llenas con políticos de varios países de América Latina para obtener contratos de obra pública.

“Vemos cómo, lamentablemente, nuestro país se ahoga en corrupción en manos de gobiernos que se abanderaron en la anticorrupción a través del Partido Acción Ciudadana (PAC) y fracasaron.

“Los dos últimos megacasos de corrupción, el cementazo y Cochinilla, y este último que viene a ser un Odebrecht a la costarricense, tienen en común que hay involucramiento de jerarcas del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

“Por ello, se conforma urgente este consejo de transparencia y ética en apoyo a nuestra candidato”, sacó caja Matamoros.

En el caso Cochinilla, la Fiscalía investiga los presuntos regalos, plata, fiestas y otros, a funcionarios del Conavi y del MOPT, por parte, supuestamente de empresas constructoras como MECO y H. Solís a cambio de favores en contratos viales.

Aquí es donde la chancha tuerce el rabo. Hechos similares en las municipalidades destapó el OIJ con el sonado caso Diamante a mediados de noviembre del 2021.

Son investigados seis alcaldes, cuatro de ellos del PLN: Johnny Araya, (San José), Alfredo Córdoba (San Carlos), Alberto Cole (Osa) y Humberto Soto (Alajuela).

Roberto Matamoros justificó que en su hablada anticorrupción no mencionó el caso de los alcaldes porque en el caso Diamante no hay ministros embarrados.

“Lo que pasa es que el caso Diamante no se especifica con el ejemplo que yo di, que es que hay corrupción sistemática en el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial como se dio en el caso cementazo, donde hubo magistrados involucrados, diputados de diversas fracciones”.

Don Roberto corrupción es corrupción. Todos los funcionarios públicos, y por supuesto todos los que nos piden que votemos por ellos, deben ser ejemplares y transparentes, deben ser medidos con la misma vara tanto en los tres poderes de la República como en los gobiernos locales.

Y se le fue otro “pequeño” detalle don Roberto, como es la posible penetración del narcotráfico en las municipalidades. Eso es corrupción, y el alcalde de Corredores, Carlos Viales y también liberacionista, está suspendido del puesto (con goce de salario, qué cáscara) al ser investigado por el delito de supuesto peculado por la construcción de un puente en una propiedad de Darwin González, presunto líder de una banda de tráfico internacional de drogas.

La politiquería podría ser una forma de corrupción.