Jhonny es un joven de 19 años que siempre se caracterizó por sacar notas buenas en el colegio y que logró obtener su título de bachillerato antes de cumplir la mayoría de edad, momento en el que tuvo que dejar el albergue que fue su hogar durante los últimos nueve años.

Hasta hace unos días, la ley y regulaciones del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) establecían que los menores que crecían en albergues o instituciones del Sistema Nacional de Protección Especial, quedaban desamparados al cumplir la mayoría de edad, lo que representaba un gran problemas para ellos, ya que muchos quedaban sin ningún tipo de apoyo y terminaban en las calles.

Por eso, para estos jóvenes, el cumplir los 18 años no era motivo de alegría y celebración como para la mayoría, sino que representaba miedo, preocupación y falta de oportunidades.

Como parte de su proyecto de vida, Jhonny deseaba empezar a trabajar cuando cumpliera 18 años, para poder ser independiente y no pasar necesidades como uno de sus compañeros de casa que salió del albergue 11 meses antes y tuvo que esperar siete meses para que el IMAS le depositara una ayuda.

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Como sus notas en el colegio siempre fueron muy buenas, confiaba en sus capacidades, además, se le brindó la oportunidad de llevar cursos técnicos en Contabilidad mediante el programa YouthCan! de Aldeas Infantiles SOS. Gracias a la formación que recibió y a una pasantía, consiguió trabajo, pero la empresa que lo contrató tuvo que cerrar y Jhonny quedó sin posibilidad de sobrevivir por sus medios.

Él contactó a Aldeas Infantiles SOS y ahí lo apoyaron para gestionar una ayuda del IMAS porque cuando él lo intentó se la negaron. Actualmente es un estudiante universitario, que gracias a una beca y el apoyo del IMAS, ha logrado tener notas de excelencia, pero su preocupación es si en diciembre, cuando le dejen de depositar, podrá encontrar la forma de tener un ingreso económico que le permita sobrevivir hasta finales de marzo del 2024, ya que este año el primer depósito lo recibió el 29 de ese mes.

Único recurso

Para Jhonny, este es el único recurso económico, él y sus hermanos fueron declarados en abandono desde muy pequeños y, según comenta, también le preocupa que su hermano que cumplirá 18 años en enero, no tenga cómo continuar con sus estudios, porque le faltaría un año para sacar el bachillerato, él sueña con ser ingeniero.

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Este tipo de situaciones, por dicha, están cerca de terminar, gracias a la aprobación del proyecto de ley llamado “Hijos e hijas de la patria”, de la diputada oficialista Luz Mary Alpízar.

Cuesta mucho que una ley sea aprobada con votación unánime, pero esta, al tener un fin noble y muy humano, fue apoyada por todos los diputados que estaban en el plenario legislativo a la hora de la votación del primer y segundo debate, incluso muchos legisladores de oposición le agradecieron a la diputada Alpizar la iniciativa de proteger esta población tan vulnerable.

La iniciativa apoya económicamente a los jóvenes que salen a los 18 años de algún albergue del PANI u otra organización del Sistema Nacional de Protección Especial, ya que muchos no cuentan con recursos familiares o de un ingreso para cubrir necesidades básicas como vivienda, alimentación o servicios de salud.

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“Quiero agradecerles a las personas que cuidan de estos chicos y que también sufrían cuando ellos llegaban a los 18 años, a los voluntarios que tratábamos de hacer lo que podíamos, a las organizaciones sociales que han trabajado con ellos. Hoy les damos una luz de esperanza para seguir estudiando, salir adelante y ser hombres y mujeres de bien.

“Ahora debemos dar seguimiento a la reglamentación. Además, se necesita que esta ley sea firmada por el señor presidente de la República y que luego sea publicada para que todo este engranaje comience a moverse”, comentó la diputada Alpízar.

El proyecto establece que, en adelante, esta población tendrá acceso a apoyos financieros con los que el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) ya cuenta, siempre que sean estudiantes activos en cualquiera de los ciclos educativos, menores de 25 años y carezcan de respaldo financiero suficiente.

Aunque ya le ley fue aprobada, aún le falta camino para que se vean los frutos, ya que debe hacerse un reglamento para que el IMAS asuma su rol en este tema.