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Póngale un microchip a su amado zaguatico para identificarlo si se lo roban

La Asociación Canófila Costarricense está dando certificado de propiedad incluso al firulais más zaguate que usted se imagine

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En Liberia vive Machas, un zaguatico bien zaguate que es de don Marco Medrano y su novia Eyleen Arce, quienes lo adoptaron para que dejara de vivir en la calle. Sin pensarlo mucho esta pareja le puso un microchip bajo la piel a Manchas, en el cual viene la información que lo identifica, además, incluye quién es el dueño por si se pierde o se lo roban.

Para los que conocen de perros, Machas es un perrito sin raza definida, sin raza reconocida, mixtos y hasta mestizos les llaman. Nosotros, el pueblo, les decimos zaguates, también ya se usa mucho aquellos de decirles firulais porque por más dueño que tengan la pinta de callejeritos no se las quita nadie.

En Liberia vive Machas, un zaguatico bien zaguate que es de don Marco Medrano y su novia Eyleen Arce, quienes lo adoptaron para que dejara de vivir en la calle.

Pues bien, resulta que Manchitas pasó de no tener techo y pulsear la jamita diaria en las cercanías del puente que comunica el centro de Liberia con el barrio Capulín, por la calle principal, a vivir en el barrio Los Cerros, siempre en Liberia, con una familia que lo quiere mucho y le dio el lugar que este peludito se merecía, por eso hasta lo “microchipiaron”, como le dicen los veterinarios al acto de ponerle un chip informativo a la mascota.

Don Marco es veterinario y conoce muy bien lo duro que la pasan los zaguaticos sin hogar, es por eso que hasta creó la fundación Narime para proteger a los peluditos y educar a los humanos. También entiende muy bien la importancia de identificar bien a esa mascota del hogar que tanto queremos.

Nos confirma don Marcos que el siguiente paso es sacarle el título oficial de zaguatico a Manchas, algo que ya pronto llegará porque con ese certificado de propiedad que da la Asociación Canófila Costarricense, Machas podría hasta participar en competencias de belleza para firulais certificados.

¿Pero por qué es tan importante que el peludito tenga chip? Pues es como su cédula, es la forma que hay para identificarlo. Por ejemplo, usted puede saber que su vecino se lo robó y lo tiene, pero si no tiene como demostrar que es suyo, aunque el perro mueva la cola de la contentera al verlo, no hay pruebas contundentes.

“Machas es un perrito superinteligente, tanto así que le puedo decir que uno siente que en ocasiones intenta comunicarse con uno. Es bien posesivo y creo que es así por todo lo que vivió estando en la calle.

En Cartago vive ahora Limón, un firulais que se rescató de la calle en la provincia de Limón.

“Mi teoría es que en la calle siempre tuvo que defender su comida y su zona, por eso hay momentos en que nos defiende mucho a nosotros. Al principio es muy desconfiado, pero ya después le sale su verdadera forma de ser: es superchineado. Le encanta comer pan e incluso ya está aprendiendo a sentarse”, nos explica don Marcos de su amado Machas.

En Cartago vive ahora Limón, un firulais que se rescató de la calle en la provincia de Limón. La gente de la veterinaria Zaguaticos, quienes rescatan peluditos callejeros de todos lados, lo recogieron bien enfermito: gusano del corazón, erliquia (enfermedad que transmiten las garrapatas), sarna, la sangre en muy mal estado.

Poco a poco Limón, con mucho cariño y tratamientos, se fue recuperando y ahora vive con la gente de Zaguaticos con muchos otros peluditos que también que tienen su respectivo chip.

Carolina Benavides de Zaguaticos asegura que Limón es “bien luchador, super cariñoso, le encanta andar en carro, eso lo ama. Es un perro protector, sobre todo conmigo que fue quien le dio el tratamiento y ha estado pendiente en todo momento de su salud. Es un perro muy bueno, superespecial”.

Certificado y microchip

El presidente de la Canófila, Warner Céspedes, explica: “Hace unos tres años la Federación Cinológica Internacional, a la que la Asociación Canófila Costarricense está incorporada, cambió visión y se concentró en el perro como tal, sea este de raza pura o no.

“El hecho de que un perro no sea de raza pura, no le quita el calificativo del mejor amigo del hombre, perro es perro y en ese sentido, merece todo nuestro cariño, atención y cuido. Tan responsable debe ser un propietario de un perro de raza pura, como uno que sea propietario de uno mixto o de raza no reconocida (zaguate)”.

En Cartago vive ahora Limón, un firulais que se rescató de la calle en la provincia de Limón.

La Canófila acepta que por mucho tiempo se vio como una organización solo para pudientos y con perros superfinos y de razas puras, por eso quieren romper con esa imagen y así “incluir para lo que son todas nuestras actividades a los perros mixtos o de raza no reconocida, por eso ya estamos inscribiendo, dentro de nuestro registro, a estos ejemplares, los estamos microchipiando y estamos dando a los propietarios un certificado de propiedad de su perro”, explica Céspedes, quien además que hasta ya están haciendo eventos caninos de belleza para zaguaticos.

Si usted quiere ponerle un chip a su mascota y registrarlo en la Asociación Canófila, puede llamar al 2280-8711, o bien saque cita para la evaluación de su perrito con un mensaje al WhatsApp 6394-6484.

“Invitamos a todos los propietarios de perros de raza no reconocida o mixta, a inscribir su ejemplar en el registro de nuestra Asociación, colocarle el microchip y obtener así su certificado de propiedad, formando también parte del Registro Mundial de Datamars (empresa que fabrica los chips), donde también su perro quedará a nivel mundial registrado debidamente”, agrega don Warner.

El veterinario Óscar Robert Escalante, propietario de la clínica veterinaria “Drs Robert”, ubicada en Curridabat, aclara que el microchip es del tamaño de un grano de arroz, se pone debajo de la piel del zaguatico y que no se dura ni cinco minutos en ponerse, además, al peludito no le duele y de inmediato sigue su vida normal.

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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