Nacional

Por mañas ticas jalaron el ministro de Trabajo y el viceministro de Hacienda

La famosa hora tica y dejar todo para última hora hizo que Steven Núñez y Nogui Acosta se fueran del gobierno

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Al exministro de Trabajo Steven Núñez le dio la hora tica y el exviceministro de Hacienda Nogui Acosta dejó todo para última hora y por eso renunciaron a sus puestos.

Esos dos errores son muy comunes entre los costarricenses y casi que forman parte de la idiosincrasia del tico; sin embargo, son cosas negativas y dañan la imagen del país.

Don Steven iba el viernes en la mañana para una actividad en Guápiles, Limón, y le pidió ayuda al oficial de Tránsito Juan Carlos Mora para que lo escoltara, pues le agarró tarde y había unos trabajos en el camino. En esa labor, el oficial derrapó con su motocicleta y murió instantáneamente. Don Steven renunció la noche de ese viernes.

"Hoy, por circunstancias sumamente desafortunadas, cuando me dirigía hacia la provincia de Limón a atender una actividad propia del cargo, el oficial de tránsito murió al prestar su colaboración para que yo pudiera llegar a tiempo al evento”, dijo don Steven ese día.

En el caso de don Nogui, la empresa familiar estaba atrasada con las cuotas obrero patronales y con el impuesto al valor agregado (IVA) de un bar restaurante en Tamarindo. Es decir, les cogió la hora del burro con los pagos.

Nogui reconoció que su caso fue por una omisión al deber porque era el tesorero de una sociedad que estaba morosa con el IVA ante el Ministerio de Hacienda. La sociedad era la administradora del negocio.

“Lamentablemente fuimos construidos culturalmente bajo un concepto que se llama hora tica y con ese cuento nunca llegamos a tiempo a las actividades que nos citan”, dice Juan Carlos Bonilla, especialista en protocolo.

“Recodemos el incidente que se dio en la administración pasada, en la visita al Vaticano, cuando Luis Guillermo Solís llegó media hora después de lo citado a la audiencia con el papa y se dio una situación incómoda, que casi lleva a cancelar el encuentro. No podemos ser así porque interferimos en el desarrollo normal de las cosas”, comentó.

María Mayela Padilla, costumbrista y quien ha hecho muchos personajes folclóricos, expresó que la hora tica es una de las malas mañas que tenemos los costarricenses.

“Me parece que la gente desde pequeña se acostumbra a llegar tarde a todo, es una parte negativa de nuestra idiosincrasia. Cuando trabajaba en el MAG recuerdo que la entrada era a las 8 de la mañana, pero daban tiempo diez minutos y entonces, todo el mundo llegaba a las 8:09. ”, dijo.

Por supuesto que ese comportamiento negativo se traslada a cualquier ámbito de nuestra vidas, por eso vemos esos filones interminables para pagar el marchamo a última hora, para hacer las compras navideñas o cancelar los impuestos municipales.

El asesor financiero Javier Angulo está acostumbrado a ver casos así a diario.

“Es una cuestión cultural del costarricense, pero también hay un tema de personalidad. Hay gente que no es estructurada, son olvidadizos y dejan para mañana lo que pueden hacer hoy y se meten en ese tipo de problema”, explicó.

Cuesta el no

Angulo dice que ser olvidadizo y sin estructura no significa ser irresponsable y nos dio varios bolados para ordenarse.

“Las personas desestructuradas no manejan calendarios, ni agendas, pero pueden hacerse de un calendario de esos con renglones que regalan, pegarlo a la par de la cocina o en los cuartos y poner las fechas de compromiso, de pago o poner una alerta en el celular”, explicó.

Otra situación que lleva a los ticos a estar en estas situaciones es el llamado palanganeo, o sea, la falta de decisión, el miedo a decir no para negar un préstamo, por ejemplo. O sea, si hay que decir no, es no y punto.

“Se da porque somos pacíficos, tiene que ver con el temor al conflicto que es algo negativo, la gente tiende a evitar problemas y pierde su derecho a decir no”, dijo la sicóloga Marielos Hernández.

Por la forma de ser del tico si nos negamos a prestar el dinero, o a hacer el favor que nos pidieron, luego viene el remordimiento de conciencia, sobre todo si es un familiar.

“Tenemos que aprender que no siempre vamos a estar satisfechos con las decisiones que tomamos. Tiene que ver con lo que ya dije, de que el tico tiende a evitar conflictos. Nos educan para decirle sí a todo sin discriminar cuando es oportuno decir no”, añadió Hernández.

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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