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¡Qué corronguera! Guadalupana tiene una colección de 400 pasitos

Inició hace tan solo 10 años con esta navideña afición

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La casa de doña Marta Granados Navarro en Guadalupe alberga una colección de 400 pasitos y aunque parezca increíble, tan solo empezó a coleccionarlos hace diez años.

Sin embargo, en este corto tiempo, la exconserje de la Escuela Central de Guadalupe ha logrado acumular un total de 400 nacimientos en diferentes estilos, aunque la mayoría de ellos chiquiticos, para poder acomodarlos en su casita, sin que le roben todo el espacio.

Doña Marta, de 78 años, nos reveló que la colección se mantiene permanentemente en su hogar, no es que los saca para Navidad y después del rezo del Niño los guarda cuidadosamente, de hecho confiesa que ni siquiera celebran dicho rezo, pues no son católicos.

Colección de pasitos de Marta Granados

Simplemente, tanto ella como su hija Sandra Bonilla aman lo que representa cada uno de ellos que es el nacimiento de Jesús, acompañado por sus padres José y María en los más básicos y otros más completos, incluyen a los reyes magos, el burrito o algún otro personaje secundario.

De hecho, Sandra es una de las que más pasitos le ha regalado y hace dos años le hizo uno con sus propias manos en un taller de orfebrería, por lo que doña Marta lo atesora muchísimo por haber sido hecho por su hija.

“La guardo con cariño porque es una muestra de su amor por mí. Me siento halagada y agradecida. Aún recuerdo ese día cuando me lo trajo, me conmovió”, recordó doña Marta.

Otro que también la consiente con su afición es su sobrino Carlos Castillo, quien incluso la acompañó a Arequipa, Perú hace cinco años al matrimonio de su hijo José Alberto Bonilla y luego la ayudó a jalar la maleta de mano que se trajo llena de pasitos para su colección.

“Me los traje bien envueltos en papel periódico y no se me quebró ninguno, no sé ni cuántos eran”, comentó doña Marta.

De todo lado

Y es que una gran parte de sus tesoros son hechos en ese país suramericano, pues hay muchísima variedad y los venden a precios muy cómodos.

Otros son regalos de sus sobrinos y amigos traídos de México, Italia, Guatemala, Panamá y algunos hasta de alguna tierra africana que no recuerda cuál era, pero que es una representación de la cultura afroamericana.

Una gran colección de pasitos

Y por supuesto, no podían faltar los de Tiquicia. Muchos de ellos los compró en ferias navideñas de emprendedoras o cuando ya pasó la época, para aprovechar las ofertas, confesó su hija.

“Este año no he comprado ninguno, es que además ya no tengo dónde más colocarlos”, explicó doña Marta.

Incluso, compraron un mueble exclusivamente para acomodar gran parte de los que tienen y por la gran cantidad de estantes, podemos decir que es el que más nacimientos alberga.

Pero no todos son figuritas, pudimos ver un almohadón con un nacimiento impreso que le regaló su hermana Grace Granados y la abuelita guadalupana nos dijo que también tiene una mascarilla.

La puerta de su refrigeradora también sirve de estante para 28 pasitos magnéticos que tiene pegados en ella.

El más chiquitico

El más chiquitico de los que tiene cabe en la palma de la mano, es una especie de iglesia, que al destaparla, muestra la Sagrada Familia en su interior. Fue un regalo de una de sus sobrinas directamente desde Guatemala.

También tiene uno de Panamá que le regaló otra sobrina nieta.

“Se me va todo el día limpíándolos y acomodándolos y al menos son dos días los que necesito”, confesó Sandra, quien es la que tiene esa misión para ayudar a su mamá.

Algunos de ellos están dentro de las populares esferas navideñas llenas de agua y de las que cae nieve al volcarlas, otras tienen luz y hasta música. También tiene uno en una fuente de la que brota agua.

Los materiales también son variados, en plata, yeso, barro, cristal, madera, metal y hasta material reciclado.

No tan caros

Y si se pregunta cuánto ha invertido en esta colección, Sandra, quien ha sido de las que más le ha comprado a su mamá, dice que lo que más ha pagado fueron como ¢20.000 por uno bañado como en dorado que tiene varias piezas y cada una tenía su costo.

“Como son pequeñitos, lo más que me han costado son cinco mil colones y simpre tratamos de conseguirlos fuera de temporada, para comprarlos en promoción”, indicó Granados.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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