Estar lejos de casa no les impidió celebrar el bicentenario de la independencia a 1000 ticos que viven en Estados Unidos.

Este sábado 11 de setiembre a las 9 p. m. se reunieron en un crucero que navegó hasta las 3 de la madrugada del domingo por el río Hudson, en Nueva York. Aunque no salieron de los límites de la Gran Manzana, todos sintieron que durante ese rato estuvieron de nuevo en su amada Costa Rica.

Cada uno de los participantes tuvo que pagar $100 (¢62.800). La entrada incluía la comida y la bailadota.

Los organizadores del evento, Kenny Erickzon y Chispudo, se preocuparon de que cada detalle hiciera a los fiesteros recordar las costumbres ticas.

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El plato fuerte fue arroz con pollo acompañado de carne en salsa, de esa que se acostumbra servir en los turnos, papas fritas, ensalada verde, ensalada rusa y de postre una fruta. Si alguien quería tomarse un tamarindo o alguito más fuerte ya iba por su cuenta; las cervezas costaban de $11 (¢6.900, ¡carísimas!) para arriba y las botellas de licor llegaban hasta los $450 (¢282.600).

Música de la buena

La música fue de lo mejor, no hubo quien se quedara sin mover el esqueleto.

El ritmo lo pusieron el grupo Sonora Dinamita; Carolina, exvocalista del grupo Taboga, Coco, quien estuvo en Pimienta Negra, la banda Chiqui Chichi y los DJ Nine y Juanka.

Carlos González es uno de los ticos que estuvo en la actividad y contó que la pasaron puras tejas.

“Todo le recordaba a uno a Costa Rica, el comer arroz con pollo fue buenísimo porque el sabor lo hace recordar a uno las fiestas de la casa con la familia. Fue muy bonito porque había personas que tenían doce, catorce y hasta dieciséis años de no ir a visitar a sus familias, entonces no habían podido festejar a lo tico, por eso disfrutaron tanto.

“La música que bailamos era viejita, entonces fue como entrar en una máquina del tiempo para recordar la juventud con los bailes que hacíamos en Tiquicia. Durante las horas que duró la fiesta sentimos que estuvimos en Costa Rica”, contó.

Carlos dijo además que todos andaban vestidos de blanco para destacar que Costa Rica es un país de paz, esa es la imagen que tienen los estadounidenses de nuestra tierra.

Y, claro, como en toda pachanga tica no faltó que preguntaran quién era morado y quién manudo y hubo un concurso de bombas guanacastecas.

“Llevaron detalles para rifar, como perezosos de peluche o gorras que decían ‘Costa Rica’; la gente hacía cualquier cosa por que se las regalaran. El grupo Chiqui Chiqui empezó a preguntar bombas y todo el mundo se apuntó, hasta hubo gritos de güipipía”, agregó Carlos.

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Recordaron atentado

Hubo un momento de la noche muy sensible y es que como la fiesta fue precisamente en el 20 aniversario del ataque terrorista en el que derribaron las Torres Gemelas, en Nueva York, había actividades para recordar a las casi 3000 personas que murieron.

“Estábamos muy cerca de donde estuvieron las torres y en la noche prendieron las dos luces paralelas que simbolizan los edificios, pero el ver que llegaban al cielo fue como si conectaran con las almas de las personas que ya no estaban, las que murieron en ese atentado, fue algo que despertó muchos sentimientos”, narró el tico.

Carlos sacó fotos de cada detalle de la fiesta para que fuera inolvidable. Detalló que, naturalmente, no es la primera vez que los ticos radicados en Nueva York o Nueva Jersey arman un fiestón de estos para celebrar la independencia, pero este tuvo un significado único por tratarse de 200 años.

Como se aprecia en las fotos, allá en Nueva York la situación de la pandemia se maneja diferente, la mascarilla la usan solo las personas que no están vacunadas, quienes ya recibieron el medicamento presentan un código QR y ya no debe usar el cubrebocas. Así manejan la situación los comercios pese a que siguen los contagios y aún hay muertes.

Aun en medio del complicado panorama, los 1000 compatriotas pasaron algunas horas pura vida, recordando la tierra donde nacieron.